El gobernador Sergio Urribarri firmó este martes en Buenos Aires un acuerdo marco con la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Norma Boero, para la instalación de un centro de medicina nuclear en Entre Ríos.
Esta iniciativa, la tercera en su tipo en el país (sólo existen centros en Mendoza y Capital Federal), permitirá realizar estudios de medicina nuclear y contar con una instancia de investigación y desarrollo en nuestra provincia dedicada a los tratamientos oncológicos, entre otras posibilidades, con la aplicación de energía nuclear.
El centro que se instalará en la ciudad de Paraná cuenta con la intervención del Iosper, organismo que presentó la iniciativa, cuyo directorio participó en la reunión realizada en la Casa de Entre Ríos donde se rubricó el acuerdo.
El objeto del convenio es “establecer relaciones formales de cooperación en lo que se refiere a investigación y desarrollo, servicios tecnológicos, capacitación de recursos humanos y capacitación laboral, en el marco de sus actividades específicas”, expresa en su primera cláusula el acuerdo.
También se detalla que los diferentes emprendimientos particulares se reglamentarán mediante convenios específicos, en los que “se consignará el proyecto a ejecutar con los objetivos expresamente determinados y los procedimientos correspondientes”.
A la vanguardia
“La firma de este convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica es muy importante. Con esto Entre Ríos será una de las primeras provincias en contar con un centro de diagnóstico nuclear. Vimos lo que se ha hecho en este instituto y ahora contamos con estas herramientas al servicio de la salud. El avance que lograríamos en materia de prevención y diagnóstico con esta alta tecnología nos pondrá varios pasos adelante de otras provincias. Esto es algo en lo que venimos trabajado hace ya casi un año, con gente del Iosper y la Fiscalía de Estado, para poder cristalizarlo en este convenio”, comentó el gobernador.
Luego indicó: “Entre Ríos es la provincia que tiene más futuro y más potencial, y le hemos encontrado la vuelta para desarrollar ese potencial entre todos. Con el desarrollo agroindustrial, la infraestructura, las rutas troncales, los caminos secundarios, los puertos y las escuelas estamos generando las condiciones para que ocurra lo que vemos todos los días: empresas que eligen Entre Ríos para invertir y empresarios que eligen nuestra provincia para vivir”, resumió el mandatario en referencia a los grandes avances conseguidos, a los que se suma ahora el del centro de medicina nuclear.
En Mendoza
El centro de medicina nuclear de Mendoza, el primero en su tipo en el país, fue creado en 1991, y se apoya en su funcionamiento a través de la gestión de una fundación, conformada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea), la Universidad Nacional de Cuyo (UNC) y el Gobierno provincial.
En Mendoza se instaló a principios de los años 90 el primer tomógrafo por emisión de positrones (PET) del hemisferio sur y luego se puso en marcha un ciclotrón para producir radioisótopos y un laboratorio de radiofarmacia para producir los fármacos que se administran a los pacientes. Se avanzó también en tratamientos de radioterapia y se creó el COIR (Centro Oncológico de Integración Regional) para atender a los pacientes oncológicos con tratamientos de quimioterapia.
En Entre Ríos se instalará un centro similar al de Mendoza, que en septiembre último incorporó una tecnología que le permite a los investigadores detectar de forma temprana el cáncer de próstata, uno de los tumores más comunes entre los hombres: un tomógrafo multicorte que en 9 segundos consigue la imagen del cuerpo entero, en 5 segundos la del cerebro y en 5 segundos más los latidos del corazón.
La medicina nuclear es una especialidad médica que emplea técnicas de estudio y diagnóstico originadas en principios de la física, y en el uso y aplicaciones de radiofármacos y radiaciones. Emplea cantidades muy pequeñas de radio-fármacos, para examinar la función y estructura de los tejidos celulares presentes en los órganos del cuerpo humano y para establecer diagnóstico a nivel celular.
Un beneficio destacable de estas formas de diagnóstico es que permite detectar alteraciones mucho antes de que las enfermedades sean clínicamente observables, lo que repercute en tratamientos tempranos más efectivos y pronósticos más favorables.