En lo que se convirtió en un escándalo que trasciende las fronteras de Estados Unidos, el presidente Barack Obama, respondió este viernes a las acusaciones de espionaje a las llamadas telefónicas y mails, a los que acceden distintas agencias de seguridad, situación confirmada por empresas como Microsoft, Apple, AOL, Skype, YouTube, Facebook y Google, entre otras.
El mandatario dijo que "en lo que respecta a las llamadas, nadie las está escuchando. No es de eso lo que se trata el programa (PRISM). Como ya dijimos, nuestra inteligencia es buscar números de teléfonos y duración de las llamadas. No se están buscando los nombres de las personas ni de lo que se habla" y afirmó que el programa había sido aprobado reiteradamente por cada uno de los miembros del Congreso.
"En lo que respecta a Internet y correos electrónicos, esto no aplica a los ciudadanos norteamericanos o a los que viven en Estados Unidos", aseguró.
"Cuando llegué a esta oficina, hice dos promesas que son más importantes que cualquier otra. Número uno, mantener la seguridad del pueblo norteamericano. Y número dos, respetar la constitución".