Esquel se viste de fiesta por los 100 años de “La Trochita”

Este año 2022 no será uno más para la ciudad sureña y toda la comarca. El Viejo Expreso Patagónico, llega a su centenario y se llevarán a cabo una serie de festejos que permitirán recorrer los antiguos talleres, el Museo y la Feria de Artesanos.

“Nuestra querida Trochita, declarado Monumento Histórico Nacional, es y seguirá siendo testigo del tiempo, desde que comenzó a transitar uniendo aisladas poblaciones, hasta hoy, convertido en un tren turístico reconocido mundialmente que cumple sus primeros 100 años. Se trata de un patrimonio cultural muy querido para todo Esquel, que sigue erizándonos la piel cada vez que oímos su silbato y su andar por su característica trocha angosta”, destacó Gustavo Simieli, Secretario de Turismo y Producción de Esquel.

El Viejo Expreso Patagónico pasa sobre el arroyo Esquel apenas sale, cruza el camino a La Hoya y atraviesa nada menos que la legendaria Ruta 40, esa arteria extensa que de norte a sur recorre la geografía nacional, paralela a la Cordillera de Los Andes. Ovejas, vacas, caballos y liebres, completan el paisaje, configurando la escenografía perfecta para el paso del tren hasta arribar a Nahuel Pan. Al llegar a este pequeño paraje Mapuche – Tehuelche se puede visitar el Museo de Culturas Originarias Patagónicas, la casa de las Artesanas y la Feria Tokom topayiñ -.

Un poco de historia

Impulsado por el Ministro de Obras Públicas de la Nación, Ezequiel Ramos Mexía en 1908, el ferrocarril en Chubut, comenzó a hacerse realidad para lograr un mayor desarrollo de la Patagonia. En 1922. se concretó la compra de vías, vagones y locomotoras Henschel (Alemania) y Baldwin (Estados Unidos), especialmente concebidas para recorrer el territorio patagónico con una trocha angosta de 0.75 m.

En esa época, el Ferrocarril del Sur (luego llamado Ferrocarril General Roca) llegaba a Bahía Blanca y de allí a Neuquén. En Chubut, los colonos galeses habían construído el Ferrocarril Central del Chubut, entre Puerto Madryn y Trelew. Pero la idea era crear una red que los uniese, vinculando puntos tan distantes como San Carlos de Bariloche, Comodoro Rivadavia y Puerto Deseado.

El tren que partía desde Buenos Aires llegó inicialmente hasta Ingeniero Jacobacci, ubicado en la zona de la meseta central del sur de Río Negro, en 1917. En 1921 se decidió conectar este pueblo con Esquel. Y en 1922 se concreta la compra del material rodante y es por este motivo, que hoy, el Viejo Expreso Patagónico celebra su aniversario número 100.

El trazado llegó desde Río Negro hasta Esquel a través de 402 kilómetros y más de 600 curvas. Este tendido se realizó a lo largo de casi tres décadas sin maquinaria, a fuerza de trabajo humano con pico, pala y explosivos. Con gran esfuerzo y con interrupciones debido a las condiciones económicas nacionales e internacionales. El tendido avanzó en 1941 hasta El Maitén, y luego en 1945 hasta Esquel.

La vieja locomotora Henschel, construida en Alemania en 1922, es un testimonio vivo de un medio de transporte central para el desarrollo nacional y, particularmente, para la población patagónica. Sus vagones están construidos enteramente en madera e incluyen una salamandra para dar calor a los pasajeros. El vapor disparado al cielo desde la chimenea de la máquina, y ese andar entre candoroso y cansino, invitan todo el año a los pasajeros a conmoverse y dejarse atrapar por un trozo de historia que sigue marchando sobre rieles.

“Cuando los pasajeros ocupan sus lugares junto a las salamandras, el maquinista hace sonar el silbato y se inicia un viaje cargado de sensaciones, atravesando paisajes esteparios y entrando en tiempo real en la historia de los pueblos patagónicos” agregó Simieli.

Inicialmente, el tren solo transportaba carga, pero a partir de 1950 se convirtió en un medio de transporte fundamental para los habitantes del Noroeste del Chubut. Los largos viajes a bordo de La Trochita se convirtieron en una marca de identidad para la región.

En 1993 el cierre del ramal y el traspaso de su concesión a la Provincia del Chubut, por 30 años lo convirtió en el tren turístico que conocemos hoy, y que desde 1999 es Monumento Histórico Nacional.

Se trata de un verdadero viaje en el tiempo que permite convertirse en uno de los recuerdos inolvidables de los viajeros que recorren la Patagonia.

Fuente: Secretaría de Turismo de Esquel