Declararán 176 testigos entre los que figuran los peritos de rastro, químicos, ADN y los médicos que atendieron al joven de 18 años asesinado el 18 de enero del 2020 en Villa Gesell.
El lunes se retomará la segunda semana del juicio a los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa. Tras la declaración de más de 45 testigos, el fiscal de la causa, Juan Manuel Dávila, confirmó que las próximas audiencias serán clave.
En este marco, declararán 176 testigos entre los que figuran los peritos de rastro, químicos, ADN y los médicos que atendieron al joven de 18 años asesinado el 18 de enero del 2020 en Villa Gesell.
Entre ellos, , lo que se espera es que preste declaración el médico que realizó la autopsia en el cuerpo de Báez Sosa, Diego Duarte, quien podría aportar información clave para determinar el motivo de la muerte del joven.
“El deceso de Fernando se produce por politraumatismos y un sangrado masivo a nivel cerebral, los golpes mortales fueron aplicados en todo el organismo y todos los testigos observadores tuvieron pánico ante el castigo que le estaban aplicando a Fernando”, expresó Fernando Burlando, el abogado defensor de los padres de la víctima.
“Los rugbiers se encargaron de armar un cerco humano infranqueable, hay personas que estuvieron en el lugar y no pudieron ayudar a Fernando por el pánico, por el miedo, porque temían por su propia vida”, sumó.
Cabe destacar que durante los primeros cinco días del debate, los imputados Máximo Thomsen (23), Luciano (21) y Ciro Pertossi (23), Enzo Comelli (22) y Matías Benicelli (23) fueron identificados como agresores directos de la víctima. Por su parte, Lucas Pertossi (23) y Ayrton Viollaz (23) fueron ubicados entre quienes arengaban o golpeaban a otros chicos que querían defender a Fernando. El único acusado que no fue mencionado con una participación activa en el hecho en ninguna de las cinco audiencias fue Blas Cinalli (21).
Todos los detalles de la primera semana del juicio
Las audiencias comenzaron el lunes 2 de enero y se espera que se conozca el veredicto el 31 de este mes. Con barbijo y sin demostrar algún tipo de emoción, los rugbiers presenciaron cada jornada de la primera semana, al tiempo que escucharon el doloroso relato de los padres de Fernando y el testimonio de cada uno de los testigos.
En estos tres años que estuvieron detenidos, los acusados se mostraron firmes en la decisión de no hablar públicamente y, de hecho, parte de su estrategia tiene que ver con mantener una especie de pacto de silencio. Ninguno quiso diferenciarse, ni dar detalles, ni tampoco explicar lo que pasó esa noche en que golpearon a Fernando, aún cuando no todos cumplieron los mismos roles.
En ese sentido, lo que algunos cuestionan es por qué los jóvenes menos complicados siguen al lado de aquellos que están señalados como quienes le pegaron hasta la muerte a la víctima. Los ocho rugbiers tienen el mismo abogado defensor casi desde el primer día y, con él, es que ahora enfrentan el debate.
Hasta ahora, declararon los amigos de Fernando que presenciaron el hecho, los primeros policías que llegaron a la puerta del boliche Le Brique, los patovicas que vieron el ataque, una joven que le hizo RCP, los policías que detuvieron y allanaron a los rugbiers y los padres del fallecido.