Cada vez son más los gobiernos que fomentan estas prácticas, otorgando beneficios a quienes optan por estas soluciones sustentables.
Hace ya un par de décadas que los modelos constructivos cuentan con nuevos e innovadores productos que no sólo reducen el consumo de recursos naturales y aumentan el bienestar de los usuarios, sino que facilitan la obtención de una certificación.
Hoy en día, el buen uso de la energía es un gran diferencial en la realización de obras realmente exitosas. Las elecciones relacionadas con un diseño arquitectónico inteligente utilizando materiales más sustentables, significan una influencia directa en el ahorro energético, la reducción de residuos, materias primas y en el aumento de bienestar y seguridad de los usuarios que hacen uso de dichas edificaciones.
Así es que, proyectos y trabajos de esta índole, pueden ser reconocidos con una certificación ambiental, la que le otorga credibilidad a un proyecto, al mismo tiempo que dan fe de la responsabilidad ambiental y social de la empresa, y logran atraer clientes interesados en los principios de sostenibilidad.
Etiquetado de viviendas en Argentina
Argentina cuenta con un etiquetado de eficiencia energética para hogares, que releva el consumo energético de una propiedad de la “A” a la “G”, de acuerdo con sus características arquitectónicas. Cada franja indica cuánta energía primaria se necesita en esa casa para calentar una habitación en invierno, enfriar en verano, mantener el suministro de agua caliente y la iluminación del hogar.
Las franjas se miden durante un año y por metro cuadrado de superficie y el etiquetado tiene como objetivo brindar parámetros certeros de comparación entre distintas edificaciones para la elaboración de políticas públicas más justas.
Certificaciones ambientales en América Latina
Las certificaciones ambientales de edificios tienen origen en la necesidad de acelerar cambios hacia prácticas más sostenibles, disponiendo de un medio simple para identificar el comportamiento ambiental de los edificios. El etiquetado contribuye a poder incidir en ello, ya que permite detectar sus puntos débiles y sugerir mejoras.
Algunas ventajas percibidas por las constructoras que apuestan por el poliuretano (PUR) y poliisocianurato (PIR) para conseguir una certificación, son: el buen desempeño de resistencia mecánica y a la vez la gran aislación térmica de la edificación, aumentando el confort térmico en el interior y haciendo más eficiente el uso de equipos de climatización; el aumento de practicidad y rapidez en el trabajo de montaje, la reducción casi total de residuos de obra, el consumo nulo de agua en la construcción y la significativa disminución de emisiones de CO2 a la atmósfera a lo largo de toda la vida útil del edificio.
En América Latina, existen certificaciones de alcance internacional que tienen gran relevancia en el sector, entre ellas Breeam y LEED:
Breeam
Desarrollada por el instituto británico Building Research Establishment (BRE), la certificación Breeam cubre proyectos residenciales, comerciales e industriales en todo el mundo y es reconocida por su alto nivel de exigencia, especificación y detalles. Su adaptación a diferentes zonas climáticas y la facilidad de obtenerla a través de certificaciones locales, hacen de Breeam la certificación más utilizada en el mundo, con empresas certificadas en 77 países.
LEED
El Leadership in Energy and Environmental Design – LEED, del Green Building Council, es la certificación ambiental que certifica la eficiencia energética y el uso de agua de un edificio. Analiza la sostenibilidad de los proyectos, las obras y el funcionamiento de la construcción. Para ello, considera ocho criterios: ubicación y transporte, espacio sostenible, uso eficiente del agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad ambiental interna, innovación y procesos, y créditos de prioridad regional.
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