Hace sólo unos días Europa se hacía eco de los 157 millones de euros que un francés había ganado en la famosa lotería Euromillones. Se trataba del tercer premio más elevado entregado en Francia para este juego. Pero no era la única noticia de comienzos de mes: también se buscaba desesperadamente al ganador de otro premio de 64 millones de euros, también para Euromillones, del cual lo único que se conocía era su nacionalidad británica. El motivo por el cual ya incluso la prensa lo mencionaba era porque había ganado el premio el 17 de marzo, pero el 13 de septiembre era su última oportunidad para reclamar el monto. Sin embargo, en España un ganador del Sueldazo de la ONCE, también sin presenciarse por el momento, podría reclamar su premio hasta el 20 de Octubre.
De este lado del charco, sucedió en Paraná el pasado mes de julio que un premio de 235 millones de pesos del Quini 6 tampoco fue reclamado a tiempo, en este caso el plazo era de 15 días. Otros 50 millones de pesos quedaron sin reclamar el pasado mes de agosto para un cartón de Telekino adquirido en la localidad de Pilar. También por el norte, en Arizona el pasado año quedó sin reclamar un premio de casi 15 millones de dólares de la lotería estadounidense. En este caso, tenía 180 días de plazo para reclamar, pero nadie apareció con un boleto para cobrar el monto.
Todas las loterías tienen un plazo máximo para poder reclamar un premio, y en el caso de que no sea solicitado, ese dinero pasa a las arcas del Estado. Puede parecer una noticia insólita, pero durante todo el año son muchos los premios no reclamados que no llegan a su afortunado dueño.
El motivo principal es que compran los boletos y piensan que jamás les tocarán, por lo que muchas veces olvidan comprobarlos, o bien los dejan en la chaqueta que llevaban cuando los compraron, los extravían por la calle o los guardan en un cajón y no se vuelven a acordar. En realidad, es una situación que hoy por hoy se puede evitar adquiriendo los boletos a través de internet (en boleterías autorizadas), ya que por norma general estas mismas serán quienes nos avisen si somos beneficiarios de un premio, y no deberemos pensar en qué hicimos con el boleto, ya que la operación queda registrada en el site, por lo que incluso si no encontramos el email de confirmación de compra, será sencillo acceder al boleto premiado.
En realidad, es poco probable ganar un premio de lotería como el que el británico dejó escapar. Este premio en cuestión le habría hecho más rico que algunas estrellas del mundo de la música. Es tan poco probable, que es muy frecuente olvidar comprobar los boletos. Pero esta situación se extiende a otras áreas, como el pago de impuestos a tiempo para no tener que pagar una tasa por retardo, o a la solicitud de subvenciones, becas y otro tipo de ayudas, y también sucede a la hora de presentarse a concursos y certámenes. Son muchas las personas que tienen todo a punto pero llegan tarde para presentar su solicitud, y otras tantas las que resultan premiadas en estos concursos y certámenes y después son difíciles de localizar, por lo que pierden su derecho al premio, pasando este al que quedó en un segundo puesto.
En el momento presente, tenemos muchas herramientas para evitar estas situaciones. Si bien nuestra vida es más estresante y estamos pendientes de más cosas que hace 15 años, lo cierto es que los asistentes personales para smartphones o incluso para el hogar (como Alexa) pueden ser una interesante herramienta, no sólo para añadir recordatorios a nuestro día a día, sino para preguntarles directamente, incluso hablando, cuál fue la combinación ganadora en una lotería.
Los gestores de tareas permiten no sólo configurar avisos para de este modo llegar a tiempo, sino que tienen la capacidad de almacenar los documentos si fuese necesario para no perderlos de vista, y algunos de ellos tienen funciones de sincronización multidispositivo para no extraviar nada. Aún así, aquellos que adoren lo tradicional, pueden hacer uso de agendas o bullet journal tan de moda actualmente, y es que, si algo está claro, es que tener la información organizada y actualizada puede suponer diferencias sustanciales en nuestra vida, incluso, en un caso como este, marcar la diferencia entre hacerse o no hacerse rico.