El presidente Alberto Fernández consideró que “el financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas”, al hablar este sábado en la Cumbre de jefes de Estado del G20, el foro internacional que reúne a las principales economías del mundo y las naciones en desarrollo, y que se realiza en Roma con la “recuperación global pospandémica” como eje central.
“El financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas para poder igualar nuestras sociedades, con impactos positivos y enfrentando el cambio climático. La deuda externa que mi gobierno heredó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal”, señaló Fernández en su alocución en la I Sesión Plenaria en ocasión de la Cumbre de Líderes G20 “Economía Global y Salud Global”, con un almuerzo de trabajo.
El jefe de Estado argentino insistió en que “el actual sistema, que prioriza a la especulación por sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar”, y al referirse a la deuda de la Argentina con el FMI, Fernández indicó que es “única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago”.
“Aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávida el destino que le ha sido impuesto”, remarcó el Presidente.
Y agregó: “No hay inocentes en esa historia” sino que “son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron esos recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada”.
“Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía. El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas”, subrayó.
Tras agradecer a Italia y al primer ministro, Mario Draghi, “por haber liderado este nuevo encuentro del G20”, el mandatario recordó: “Estuve aquí, días antes de que el virus ingresara a Europa”.
“Semanas después, la pandemia (de coronavirus) golpeaba las puertas de América. Desde entonces, mientras contabilizamos enfermos y muertos, vimos como la desigualdad se profundizaba. Nuestra templanza está a prueba. Quienes renegamos de un mundo en el que la riqueza se concentra y la pobreza hunde a millones, debemos fortalecer nuestras convicciones. Es hora de convocar a una reflexión colectiva. Es tiempo de que nuestras almas se involucren tanto como nuestros cerebros”, consideró.
Fernández subrayó que “millones de hombres y mujeres viven en la pobreza”, señaló que “esa población sufriente habita, en su inmensa mayoría, en países en desarrollo”, y puntualizó que “en el marco de la pandemia estas disparidades estremecen”.
“Casi el 80% de las vacunas (contra el coronavirus) producidas se aplicaron en países de altos ingresos. En cambio, más del 60% de la población de nuestra región aún no tiene completado su esquema de vacunación”.
“La vacuna aún no es un bien global. Ese triste panorama se patentiza cuando vemos que se restringe la movilidad de las personas según haya sido la vacuna a la que pudieron tener acceso”, completó.
El Presidente reseñó que “la globalización iba a convertir al mundo en una ‘Gran Aldea’, la casa común de la que habla el Papa Francisco. Nacía la esperanza de una comunidad integrada y una convivencia pacífica. Los resultados fueron otros. La codicia de los poderosos condenó al olvido a millones de ‘aldeanos'”.
Fuente: Télam