FXX-K, el nuevo programa de investigación y desarrollo iniciado por Ferrari con un grupo muy selecto de Clientes-Probadores será desvelado la próxima semana, durante Finali Mondiali que se celebran en el circuito de Yas Marina, en Abu Dhabi.
El programa está centrado alrededor de un coche-laboratorio basado en el primer híbrido de Maranello, LaFerrari. La K en el nuevo nombre del coche hace referencia al KERS (kinetic energy recovery technology o sistema de recuperación de la energía cinética), utilizado para impulsar las prestaciones en circuito. El FXX-K se une al Programa no competitivo XX, gestionado por el departamento Corse Clienti en Maranello y dirigido, hasta ahora, a los propietarios de los exclusivos FXX y 599XX.
Sin las restricciones impuestas por la homologación y el reglamento de competición, el FXX K ha sido desarrollado libre de compromisos, por lo que incorpora innovaciones tecnológicas que garantizarán una experiencia de conducción sin precedentes.
El enorme potencial del coche se puede resumir en unas pocas pero muy significativas cifras: una potencia total de 1.050 CV, de los cuales 860 son proporcionados por el motor V12 convencional, mientras que los 190 restantes provienen del motor eléctrico, a lo que hay que añadir un par máximo superior a los 900 Nm.
El desarrollo se ha centrado en lograr la máxima eficiencia en cada zona del circuito y en cada una de las vueltas, lo que ha supuesto un intenso trabajo aerodinámico en toda la carrocería del coche, tanto en aerodinámica activa como pasiva.
El FXX-K también incorpora unos conceptos muy efectivos en cuanto a generación de carga aerodinámica y equilibrio aerodinámico, conceptos que se iniciaron y desarrollaron en la categoría GT del WEC, en la que Ferrari ha ganado durante tres años consecutivos. El resultado es una carga aerodinámica de 540 kg a 200 km/h.
La dinámica del vehículo se ha mejorado con la incorporación de neumáticos Pirelli slicks, con sensores que monitorizan la aceleración longitudinal, lateral y radial, así como la temperatura y la presión. Esto asegura un análisis exacto de la interacción entre el neumático y la superficie de la pista, proporcionando aún más datos vitales que permiten al sistema de control de tracción garantizar el máximo rendimiento.