El faltante de arena por un largo conflicto sindical ya alcanzó a toda la cadena de la construcción generando que los corralones se quedaran sin material, las hormigoneras adelantaran vacaciones y las constructoras liquidaran sus stocks y empezaran a paralizar obras.
Las constructoras no tenían excedentes de stock ya que durante todo el año el material no abundó debido a los problemas logísticos derivados de la pandemia y sobre todo a la pronunciada y prolongada bajante del río, que en muchas ocasiones impidió la normal extracción.
Por este motivo, la Asociación Empresarios de la Vivienda, AEV, envió una carta al ministro de Trabajo provincial, Roberto Sukerman, poniéndolo en conocimiento de esta situación, y advirtiendo que está en riesgo la recuperación de un sector clave en la economía, por ser demandante de todo tipo de materiales y sobre todo multiplicador de empleo.
“La paralización de los despachos de arena, ocasionada por el conflicto sindical, genera un enorme perjuicio económico a la industria, a constructoras y proveedores. Pero además deja excavaciones en subsuelos, bases sin rellenar desde hace varios días, poniendo en riesgo de desmoronamiento las estructuras, y dejando expuestas las redes de infraestructura”, manifiesta el pedido.
Además, asevera que con una obra parada, la gente queda inactiva “de ahí a la desocupación hay un sólo paso, afectando a grandes contratistas, pymes y monotributistas profesionales”, indica.
Y agrega que “paradójicamente cuando toda la Nación manifiesta una voluntad de contribuir a la salida de este momento histórico particular, resignando beneficios óptimos, un sector utiliza su interés particular para impedirlo”.
Las desarrolladoras tienen un enorme malestar, porque luego de sufrir un año de parates permanentes de obras y severas restricciones en la cantidad de operarios, finalmente habían logrado empezar a recuperar el terreno perdido.
El conflicto se desató cuando el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, Somu, y el Sindicato de Conductores Navales, Siconara, que reúnen al personal de las embarcaciones extractoras de arena y piedra, exigieron una recomposición salarial del 55% y desde la patronal le respondieron que ya habían otorgado un 15% en abril, y tras prolongadas negociaciones ofertaron un 51% en el salario básico y un 35% en los plus por viaje.
La Cámara de Arena, Piedra y Navegación Fluvial del Litoral, Capnaf, destacó que esta oferta representa en forma aproximada un incremento en el salario neto de bolsillo de entre $80.000 y $100.000, dependiendo del cargo que desempeñe en el buque, y que se aplica a un sueldo que ya ronda los $150.000 a $300.000 mensuales.