Un importante operativo de seguridad se montó en la Casa Rosada por una amenaza de bomba recibida en las últimas horas del jueves. También se recibieron llamados en el Ministerio de Defensa, minutos antes de que el presidente Alberto Fernández se dirigiera a la Cena de Camaradería anual de las Fuerzas Armadas. No se detectaron explosivos.
Las amenazas fueron recibidas a través de numerosos llamados al 911 provenientes de distintos puntos del país. Los principales se produjeron en la provincia de Buenos Aires. En la investigación tomó intervención el Juzgado Federal n°6, a cargo del juez Daniel Rafecas.
En la Casa de Gobierno y en la Plaza de Mayo trabajaron las brigadas de explosivos de la Policía Federal, los bomberos con scanners y perros que se utilizan para la detección de bombas. Tras las amenazas que despertaron la alerta en el Gobierno y el protocolo de seguridad, fue necesario evacuar a todo el personal de la Casa Rosada.
Minutos antes de que el presidente Alberto Fernández se dirigiera al Ministerio de Defensa de la Nación, una llamada también había alertado por una bomba en el Edificio Libertador, sede de la cartera.
Pese a las amenazas, Alberto Fernández encabezó a tradicional Cena de Camaradería anual de las Fuerzas Armadas. Allí, el mandatario volvió a referirse a los “discursos de odio”, que según el discurso del Gobierno generaron las condiciones para que se produjera el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En este marco, Alberto Fernández declaró: “Argentina, nuestra patria, cumplirá el año entrante cuatro décadas de democracia ininterrumpida. Eso, que debe llevarnos de orgullo, se ve empañado por un discurso de odio que se siembra en la sociedad, buscando que crezca la división y el desaliento”.