Ni el más optimista de los hinchas o dirigentes de Newell’s Old Boys hubiera pensado que después de sufrir durante un año la odisea del descenso hoy se ilusione con que el equipo se reorganice para otros objetivos, aquellos que la historia del Rojinegro lo amerita, pelear cosas importantes. La llegada de Ignacio Scocco cierra el tridente campeón del 2013 junto a Pablo Pérez y Maximiliano Rodríguez que intentará recuperar la personalidad perdida hace un tiempo.
El regreso del ex delantero de River Plate potencia una de las zonas más flacas que tuvo la Lepra en el último tiempo, la irregularidad de Albertengo y la falta de jerarquía de Salinas no pudieron acompañar la resonante llegada de Sebastián Palacios, la experiencia que siempre aporta Maxi Rodríguez y la variante que, a cuentagotas, le ofreció el portugués Luis Leal.
El jugador originario de Hughes tiene el perfil justo para acoplarse de la mejor manera a la ofensiva Leprosa, uno de los mejores remates de media distancia del fútbol argentino, además al no ser un 9 de área definido puede rotar con los mediapunta, algo que hizo y mucho Kudelka en su ciclo, además recuperar la potencia que había perdido con la falta de continuidad en el conjunto de Marcelo Gallardo.
Aunque sin dudas uno de los puntos que más ilusionan al simpatizante Leproso es la dupla con Maxi Rodríguez, aquella que le dio muchas alegrías en el 2013 cuando Newell’s llegó al campeonato y también cuando junto con Mauro Formica, con Diego Osella de entrenador armaron, el tridente que lo salvaron del descenso.
La marca férrea que los rivales seguramente le intentaran imponer a Scocco liberará a Maxi quien tendrá más opciones de llegar a posición clara de gol.
Claro que todavía falta una parte del rompecabezas, las piezas defensivas no están confirmadas y allí se abre un gran interrogante que los próximos días darán una respuesta, la continuidad de Lema y Gentiletti se ha transformado en el principal desafío tras la llegada de Scocco para darle ese equilibrio soñado en la cabeza del entrenador.
Sin dejar de lado la esperanza de recuperar física y futbolísticamente a Mauro Formica, en quién está depositado ese toque del “distinto” que por el momento no llega.
Un arquero sólido, la defensa, que en caso de mantenerse, es uno de los grandes descubrimientos del técnico, una mitad de cancha con las piezas justas entre juventud y experiencia y los delanteros que prometen darle esa regularidad en la contundencia que le faltó en algunos pasajes ilusiona al mundo Rojinegro que tiene como gran objetivo la Copa Sudamericana 2021.