El presidente de la comisión de Medios del Senado Nacional, Alfredo Luenzo, consideró que "la expansión del uso de la internet obliga a discutir una regulación regional y público-privada de las plataformas digitales, para recuperar la bandera de internet libre".
En diálogo con Télam, el senador afirmó que es necesario “instalar el debate” porque hoy se experimenta una “injusta discriminación” entre las obligaciones que tiene la industria audiovisual nacional versus las plataformas digitales y señales extranjeras.
-Días atrás señaló en un encuentro virtual que la autorregulación de las plataformas digitales fracasó. ¿Por qué y qué resta por hacer?
L.- Las plataformas son grandes jugadores que monetizan el trabajo y la cultura de otros. La autorregulación fracasó. Hoy tienen la capacidad de editorializar, de mostrar el contenido generado por otros, y también de removerlo, bajo criterios que no están claros. Si entendemos que internet es un derecho humano, estas cosas hay que discutirlas. Es un desafío que nadie pudo aún resolver, pero que hay que poner en debate.
– Y el lugar para ese debate ¿es el Parlamento?
AL.- El Parlamento es el mejor lugar. Hay que avanzar en la corregulación de las plataformas. No digo que sea el Estado el único que debe regular, eso es un peligro. Hay que pensar una corregulación para hacer de internet lo que era la bandera de 10 años atrás, una internet abierta, inclusiva, democrática. La autorregulación fracasó o migró a un negocio con repercusiones de carácter geopolítico, con el manejo de la información, los datos privados. Como las nuevas políticas de privacidad de Whatsapp, ante la cual el Gobierno argentino obtuvo una cautelar.
-¿Las realidades del juego cambian aceleradamente?
AL. -Es un mundo muy complejo, sin reglas. Pedimos que miren al usuario, a aquellos que terminamos siendo rehenes y quedamos enredados. Por eso, la Unesco quiere discutir la ética del algoritmo. Porque cuando se mira Google Noticias, se sabe que tienen acuerdos con algunos medios del país. Y editorializan con material de otros. Pregunté con qué criterio, y nadie me supo responder. Solo me dijeron que era amplio porque estaban Página 12 y Clarín, como si así resolvieran la variedad de miradas y opiniones que hay en la Argentina.
– ¿Y en materia audiovisual?
AL.- A nuestra industria audiovisual le pedimos todo desde lo laboral, lo fiscal, y a las OTT (plataformas digitales que funcionan sobre la infraestructura de otro) nada. Desembarcan en la Argentina usan la infraestructura, incluso la red federal de fibra óptica (Refefo) en la que los argentinos hemos invertido muchísimo y seguimos invirtiendo para que ellos generen contenido y cuando vos pagas el servicio. lo pagas como si fuera una compra en el exterior. La asimetría que se generó con las plataformas a demanda es muy injusta. Va en detrimento del trabajo argentino y de la cultura.
– Entonces, ¿una corregulación debería incluir por un lado la protección de los datos privados y por otro la creación de identidad cultural, la supremacía de uno u otro discurso o ideología?
AL .- Las dos cosas. También hay que crear conciencia sobre las políticas de privacidad, porque nadie lee los términos y condiciones, que además son 4 hojas de letras chicas. Además, la gobernanza digital tiene que resolverse a través de bloque regionales. Así como lo está haciendo Europa, tenemos que hacerlo como bloque latinoamericano.
-¿Cómo se comienza a trabajar el problema?
AL .- Es innumerable la cantidad de aristas y variables que hay que analizar. pero el primer paso es poner el tema en la mesa y debatirlo. Los Estados en bloques regionales tienen que ir resolviéndolo, porque los Estados en forma independiente son incapaces de hacerlo. Yo presenté un proyecto en el Parlatino, para la declaración de internet como derecho humano, porque detrás de eso están los otros derechos, el de estar informado, el de libertad de expresión y otros. Es un proyecto modelo para que cada país haga el propio.