Oscar “Nenu” Ramírez, el integrante de la célula de Los Monos que había permanecido prófugo durante dos meses y que cayó detenido la última semana a la salida de la cancha de Central, fue imputado este martes en el Centro de Justicia Penal. Así, se le dictó la prisión preventiva.
La fiscalía, a cargo de Pablo Socca, lo acusa de haber formado parte de una asociación ilícita que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la administración pública, contra la seguridad pública y contra la salud pública en la localidad de Rosario.
Además, agregan que esta organización criminal procuró ocupar y dominar sectores y barrios de la ciudad de Rosario principalmente Ludueña y Empalme Graneros y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas.
Los integrantes de la asociación cometieron sistemáticamente diversos delitos, entre otros: homicidios, amenazas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, venta ilegal de estupefacientes y casi 40 extorsiones, algunas seguidas de balaceras.
En este marco, Ramírez sería uno de los integrantes más importantes dentro de la presente estructura. Desde los inicios de su existencia, se convirtió en uno de los gerentes “extramuros” de la empresa criminal, siendo especialmente elegido por los lideres de la organización para ocupar dicho cargo.
Cabe destacar que la organización descripta funcionó al menos desde los primeros días del mes de julio del año 2021 y continúa en actividad hasta el día de la fecha inclusive.
Por otro lado, una información que también tomó protagonismo fue que, en uno de los audios difundidos en la audiencia, nombran a “Pillín” Bracamonte. Es que, según el propio Ramírez, el jefe de la Barra de Central iría al mundial de Qatar 2022 junto a su hijo.
Cómo fue el operativo
La historia comenzó a fines de agosto, cuando varios integrantes de Los Monos que comandan la venta de drogas y las extorsiones en la zona de barrio Ludueña, arrojaron panfletos en varios lugares de Rosario amedrentando fiscales. La investigación encontró primero a uno de los hombres que había tenido los volantes en sus manos, por la huella digital en una de las hojas que habían arrojado en la AIC. Luego, se consiguió detener a otros integrantes de la banda, por escuchas telefónicas. Y así el fiscal Franco Carbone logró llegar a la imputación el pasado jueves 20 de octubre.
Uno de los integrantes de la banda es Jonatan Almada, que en cuadernos encontrados en un allanamiento en casa de su padre -policía retirado- aparecía como uno de los que más movimiento económico ostentaba con recaudación de los búnkeres de Ludueña.
En diálogos de WhatsApp con su cuñado Omar Ramírez, uno de los cabecillas de la banda y quien aparecía también en la planificación de las panfleteadas contra los fiscales: “Yo ayer estaba mirando Pablo Escobar a ver qué podíamos hacer cumpa, pongo el capítulo viste, cuando le llevan a la familia en cana, que después la largan, el loco agarra y empieza a ofrecer plata por la policía, a matar policías y después… y después que, que se lo busquen a él, que no se metan con la familia, se las hacía re corta amigo, fue, apretó fiscales, todo cumpa”, decía uno de los mensajes.
Quien enviaba ese audio era Omar “Nenu” Ramírez, que había logrado escapar de allanamientos en el barrio y que había permanecido invisible para la justicia inclusive al momento de la acusación la última semana.