Con Greta Thunberg como referente mundial y con menos de dos años de trabajo en el país, Jóvenes por el Clima Argentina (JOCA) nuclea a voluntarios que intervienen en distintas políticas públicas vinculadas a la defensa del medio ambiente y dan un impulso a un movimiento clave contra el cambio climático,
Eyal Weintraub -cofundador de JOCA-, Bernardo Garro miembro de JOCA San Luis- y Carolina Cortés -estudiante de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables y miembro de JOCA Mendoza- conversaron con Josefina Marcuzzi de Télam, sobre el rol de la activista sueca de 18 años como referente mundial, el medioambiente como tema central de la agenda pública, el cuidado de los recursos naturales y las políticas públicas que se llevan adelante en nuestro país.
-¿Qué es y cómo surge Jóvenes por el Clima en Argentina?
Eyal: JOCA nació en febrero de 2019, inspirado en el movimiento juvenil contra el cambio climático en Europa liderado por Greta Thunberg, y que se replicó rápidamente en Estados Unidos. Es la representación nacional de Fridays for Future (la agrupación creada por Greta) y llegó a Latinoamérica el 15 de marzo, con la primera movilización internacional contra el cambio climático y la crisis ecológica.
Todo empezó cuando vimos el video de Greta llamando a una movilización internacional y notamos que en Argentina no había ningún colectivo transformando ese interés en algo masivo. Decidí llamar a Bruno Rodríguez y le dije que teníamos que organizar la participación argentina en esa movilización. Veníamos con una base de derechos reivindicados por el movimiento de mujeres y diversidades, también inspirados por el movimiento estudiantil. Entonces decidimos que teníamos que liderar a nivel regional este proceso de lucha contra la crisis climática y ecológica, y fundamos Jóvenes por el Clima.
Al principio no sabíamos que iba a generar tanta repercusión, nos imaginamos 200 personas frente al Congreso con un par de carteles. Pero como nos sumamos justo para la movilización internacional tuvimos mucha suerte. Rápidamente el movimiento se federalizó y surgieron expresiones a lo largo y a lo ancho del país que se sentían identificadas con nuestra línea política, retomaron nuestras reivindicaciones y decidieron ser parte de este movimiento.
-¿Por qué creen que el cuidado del ambiente se volvió una prioridad para las nuevas generaciones?
-Carolina: Creo que los y las jóvenes venimos con otra lógica y otra mentalidad, y que el feminismo nos ha enseñado mucho. Fue una ola revolucionaria que reabrió el paradigma. Si comparamos al feminismo con el ambientalismo, entenderemos que luchamos contra un sector opresor, que hace uso de su poder y que maneja las mismas lógicas.
Bernardo:En toda América Latina las nuevas generaciones están comprometidas con el medioambiente. En Jóvenes por el Clima no hay un límite de edad para participar. Nuestra generación y las que vienen se dan cuenta de que hay que actuar ahora, que éste es el momento porque los resultados científicos y la experiencia nos están mostrando que el cambio tiene que producirse ya.
-¿Cuál es la relevancia concreta que tiene Greta Thunberg en el movimiento?
Carolina: Lo impactante de Greta fue su incidencia política. A los jóvenes nos criaron con la idea de que la política no sirve, que es mala. Nosotros sabemos que es la única herramienta que tenemos para transformar la realidad, y eso es lo que entendió Greta cuando faltaba a la escuela los viernes para sentarse frente al Congreso a protestar. Los jóvenes tenemos que empezar a ocupar las sillas y las bancas de quienes hoy están tomando decisiones por nosotros y nosotras. Gente que nos duplica o triplica en edad, y que posiblemente no vayan a vivir las consecuencias de las cosas que hoy están decidiendo.
Bernardo: Lo resaltable de Greta Thunberg es la edad. Y que asumiera la responsabilidad del planeta que va a heredar, y el planeta que le vamos a dejar a las generaciones que siguen. No debemos patear la pelota y pensar en el ambientalismo a futuro, hay que actuar ahora. En el último panel intergubernamental contra el cambio climático hubo un fuerte negacionismo por parte de Donald Trump y Jair Bolsonaro. Entonces que una chica como Greta, con 16 años, tome el bastón, se enfrente a esos líderes y cree un movimiento internacional, motiva y da ganas de participar. Los fundadores de Jóvenes por el Clima entendieron que el cambio es en todo el país, y no sólo en la Ciudad de Buenos Aires; entonces yo me sentí en igualdad de condiciones para hablar, crear y transformar. El eje de la horizontalidad, es muy importante para que se puedan lograr cambios desde el ambientalismo.
Eyal: Greta es una enorme referente. Hay mucha gente que matiza diciendo que “es blanca, europea, y privilegiada”, y es así. Las personas que llevaron a cabo revoluciones o cambios trascendentales en la historia de América Latina, en su gran mayoría, venían de sectores de privilegio. ¿Es un problema? Sí, pero parte del problema es que a aquellos sectores que sufren la violencia ambiental y social, muchas veces se les dificulta defender sus propios intereses porque el Estado, las empresas y los medios no les dan un lugar.
Crítica a Fridays for Future
Eyal: La crítica hacia adentro es que Fridays for Future es eurocentrista; y esta no es una crítica a los compañeros y compañeras militantes, sino que es un problema sistémico, de la división de poderes en el mundo entre el norte y el sur. Pero hay una intención real de cambiar eso: los líderes europeos decidieron que la última movilización contra el Cambio Climático tuviera como “sede” central el sur global y que hablaran por primera vez sus representantes.
Por eso, al cierre de la marcha Greta dejó dos conceptos: pidió que no la citen y que escuchen a los nuevos oradores. Más allá de todos estos privilegios y contradicciones, creemos que toda persona que busca transformar la realidad es inherentemente contradictoria. Porque vivimos en un sistema que es distinto al que queremos crear y, a su vez, somos parte y lo reproducimos.
-¿Cuáles son los objetivos o lemas fundamentales de Jóvenes por el Clima?
Eyal: Buscamos un ambientalismo popular y latinoamericano. Es un ambientalismo que siempre tiene que cerrar con la gente adentro, que entiende que las transformaciones vienen de abajo hacia arriba y que suceden cuando somos millones de personas movilizándonos en las calles. Pero en tiempos de pandemia lo hacemos virtualmente para evitar aglomeraciones, porque entendemos que tenemos una responsabilidad civil.
Somos un movimiento que comprende que lo principal de la crisis climática y ecológica es que profundiza las desigualdades sociales ya existentes. En ese sentido necesitamos que los sectores que más sufren la violencia ambiental, sean los que lideren estos espacios.
Jóvenes por el Clima es un movimiento constituido en su mayoría por ambientalistas urbanos, aunque tenemos personas en otros territorios. Entendemos que fuera de las ciudades se sufren los principales problemas, pero las cámaras no llegan. Por eso el objetivo es utilizar nuestros privilegios, no para “hablar en nombre de ellos”, sino para abrirles la posibilidad de que los medios y la política los pongan en primera fila.
Fuente: Télam