Impulso

La belleza, la elegancia y la fuerza se unen en las fotos de mujeres embarazadas tomadas por la italiana Donatella Nicolini, que obtuvo el premio al Mejor Fotógrafo de Maternidad 2021, un galardón internacional de la Asociación de Fotógrafos.

“Con mis fotos, ayudo a las mujeres a reivindicar con orgullo y fuerza su cuerpo en espera”, sostuvo Nicolini, quien considera al embarazo como “un momento de puro empoderamiento femenino”.

“Admiro a las mujeres capaces de conjugar la maternidad con el trabajo y con los compromisos de la vida cotidiana que, muy a menudo, son acorraladas por una sociedad y una cultura, incluso empresarial, todavía profundamente patriarcal”, explicó durante la presentación de su muestra virtual.

Nicolini, de 30 años, es una de las nuevas promesas de la fotografía mundial, que eligió especializarse en retratos de mujeres embarazadas, que muestran con orgullo sus cuerpos frente a su objetivo.

EL EMBARAZO COMO HECHO POLÍTICO

En gran parte del mundo, en el ámbito profesional, el embarazo es todavía percibido como un aspecto discriminador para las mujeres. Desde las preguntas incómodas durante las entrevistas hasta los sacrificios realizados para balancear la familia y el trabajo, que muchas veces pueden llegar hasta el despido por parte de los empleadores.

Se estima que en Italia, país de origen de la fotógrafa premiada, el 73% de las renuncias son de trabajadoras, un dato alarmante que se une a los relevados en materia de género y desocupación femenina: solo en 2020, el 98% de las personas que perdieron el trabajo son mujeres.

Las motivaciones pueden ser halladas, por un lado, en una cultura que todavía considera a la mujer destinada al cuidado de la familia y la administración del hogar y, por otro, en un sistema de bienestar que aún lucha por apoyar a las trabajadoras que deciden tener hijos.

A esto se suma un componente social que desea etiquetar a la mujer embarazada solo como madre y critican a quienes no quieren dejar de lado su feminidad y muestran su cuerpo con conciencia.

“Basta pensar en los ‘haters’ que surgen en las redes sociales cada vez que una mujer embarazada decide mostrarse sin velos o simplemente en poses que realzan su belleza y feminidad. Como si estar embarazada, automáticamente, cancelara la identidad de mujer a favor de la idea de madre que, según mi parecer, resulta ya arcaico y lejos de los cambios en curso en la sociedad actual”, sostuvo la fotógrafa.

EL CUERPO FEMENINO, UNA CELEBRACIÓN

Por eso, en sus fotos se percibe con fuerza la celebración del cuerpo femenino: son imágenes que no quieren velar la belleza del embarazo, de sus curvas y su silueta sino, al contrario, exaltarla y valorizarla. Las protagonistas de sus fotos son, especialmente, profesionales realizadas e independientes, dispuestas a mostrar con orgullo y conciencia una etapa importante de sus “viajes”.

“No tengo hijos y admito que la maternidad me asusta, además de una historia familiar complicada. Mi abuela quedó embarazada de un hombre que no quiso casarse con ella y fue señalada como la vergüenza del pueblo, fue obligada a esconder su embarazo y, creo, eso fue una herida psicológica tan profunda que, cuando mi mamá pasó por la misma situación, intentó vivir su embarazo en la máxima reserva”, relató Nicolini. Por lo tanto, admitió que, inconscientemente, siempre vivió el embarazo “como un momento que hay que celar de la mirada de los otros”.

“Sin embargo, con el tiempo descubrí que me fascinan profundamente las mujeres embarazadas que deciden dar este paso, las venero como deidades, las considero superheroína porque hoy, como nunca antes, traer un hijo al mundo no es solo un acto de amor sino también de coraje”, afirmó.

La fotografía, como instrumento para combatir la desigualdad de género, es portadora de un mensaje hacia una sociedad todavía muy machista. Y las imágenes de Nicolini desean celebrar la fuerza innata de las mujeres y su capacidad de superar cualquier desafío. La artista decidió tener un equipo solo de mujeres y en sus talleres busca apoyar a todas aquellas que desean iniciar una carrera en la fotografía, un sector visto como masculino por excelencia.

También en este ámbito, de hecho, una mujer, sobre todo si es joven, no siempre goza de la autoridad que, al mismo nivel, tiene un colega masculino.

“Cuando inicié mi carrera, a menudo, no solo no fui tomada en serio solo por el hecho de ser mujer, sino que muchas veces sufrí actos de ‘mansplaining’ (cuando un hombre interrumpe a una mujer para explicarle algo de manera condescendiente, por el simple hecho de asumir que él tiene un mejor manejo del tema, Ndr) por parte de los esposos de mis primeras clientas”, resaltó Nicolini. En ese sentido, admitió que hoy las cosas “están cambiando un poco” en el ámbito de la fotografía y “como mujer, nos estamos haciendo escuchar más, pero todavía queda un largo camino por recorrer”.

El interés de esta joven por la fotografía se profundizó cuando tenía 23 años y vivía en Suecia.

“Comencé a estudiar de manera autodidacta, haciendo varios trabajos extra para pagar mis cursos de formación y talleres”, relató Nicolini.

Su punto de inflexión tuvo lugar cuando regresó a Milán: algunas de sus fotos tomadas a una mujer embarazada y posteadas en Instagram fueron notadas por una revista india de fotografía que la contactó y pidió publicarlas. “Ese pedido me alentó a especializarme en este nicho, además de una inspiración única que sigo experimentando todavía hoy, cada vez que realizo un reportaje fotográfico”, explicó.

Nicolini se sigue sorprendiendo a pesar de su ya extenso recorrido, teniendo en cuenta que es muy joven. Es editora de publicaciones especializadas, como la revista estadounidense Shutter Magazine; docente, tanto en Italia como en el exterior y colabora con Canon Academy y empresas como Profoto y expuso su trabajo en Nueva York, en la Agorá Art Gallery. “Se dice que es el sujeto el que te elige y no al revés: a mí me eligió y me capturó la fotografía de embarazos”, concluyó.

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Fuente: ANSA.