El impacto de la construcción en la generación de empleo es importante no sólo por los puestos de trabajo directos sino también por los indirectos. Siempre fue así pero este año en particular cuando la Argentina necesita recuperar con creces el derrumbe del 10% del PBI del 2020, las apuestas sobre este sector se redoblan.
Por un lado, un reciente informe del Ministerio de Desarrollo Productivo, que conduce Matías Kulfas, destaca que en el marco de la recuperación de la industria – en torno al 4% -, las fábricas productoras de materiales para la construcción retomaron el crecimiento tras la desaceleración de los primeros meses del 2021.
Por otra parte, el plan Argentina Construye, que busca inyectar 29.000 millones de pesos para crear 750.000 puestos de trabajo con la construcción de viviendas hasta el Plan Procrear y créditos para la construcción de la línea Casa Propia.
Casa propia, la asignatura pendiente
Desde la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, que preside Daniel Mafud, advirtieron que el déficit de viviendas a nivel nacional es cercano a los 4 millones de unidades.
Por ejemplo, desde esta entidad pregonan alternativas a los créditos hipotecarios con indexaciones a precios constantes y a nivel nacional. “Los créditos hipotecarios actuales con tasas de dos dígitos arrojan una cuota inicial que supera largamente el salario medio por lo cual no pueden ser aplicados”, advirtió en un informe reciente.
Más allá de que quede mucho por recorrer en materia de déficit habitacional en la Argentina, hay algunos datos oficiales que siguen encendiendo expectativas. De acuerdo con el INDEC, el ritmo de suba de precios en la construcción se moderó.
Un sector clave para el empleo
Luego de haber estado frenada el año pasado por razones sanitarias, en el 2021 la construcción traccionó tanto en las grandes construcciones como en las refacciones domésticas y, en este sentido, la pandemia, el teletrabajo provocó que, al estar muchas más horas en el hogar, muchas familias que tenían ahorros pudieran volcarlos a mejorar su vivienda. Esto también impactó en el trabajo informal, es decir en las changas de las que viven muchos trabajadores informales en los sectores más vulnerables.
Este año, la consultora ABECEB advirtió que se precisan 5 años con crecimiento económico por encima del 3% para poder recuperar el número de ocupados que había en 2019, es decir antes del Covid-19. Ese mismo informe advirtió que “el principal riesgo es que 2021 se convierta en un año de rebote (económico) sin empleo. Si avanza la normalización en las horas trabajadas, entonces la economía podría crecer entre 3,6% y 5,3% en el año sin generar ningún puesto de trabajo”. Para el Gobierno éste será un año con una suba en el PBI cercano al 7%.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, el PBI abandonó una mala racha de 4 caídas consecutivas y creció 2,5% en junio en la comparación desestacionalizada con el mes anterior y quedó muy cerca del nivel que tuvo en marzo, justo antes de que comenzara el pico de la segunda ola. En lo que va del año acumuló un crecimiento de 1,2%.
Según el análisis de esta misma consultora, mientras que sectores como el comercio o la intermediación financiera mostrarían un panorama neutro en cuanto a la suba del empleo este año; la construcción explicaría entre la mitad y más de tres cuartos de la creación neta de empleo. Tal vez esa sería la razón por la que se apuesta a la construcción para poner ladrillos a la obra a la hora de generar trabajo.