La recuperación del sector traccionó para que en los primeros 8 meses del año el consumo de este material creciera más del 50%.
La construcción viene mostrando números muy positivos, en especial traccionada en esta última etapa por la obra pública. Incluso a fines de agosto pasado desde la Cámara Argentina de la Construcción explicaban que ya estaban trabajando en niveles prepandemia, con el horizonte puesto en mostrar el mejor registro de la industria.
Apalancada a este crecimiento surge el salto en las ventas de ladrillo hueco. “El consumo de ladrillo hueco, básicamente orientado a las viviendas, protagonizó un crecimiento del 51,6 % durante los primeros ocho meses del año, lo que demuestra el impulso de nuestro sector hacia el conjunto de la construcción y, con ello, su aporte a la dinámica económica y social del país”, señaló la Cámara Industrial de Cerámica Roja (CICER) que agrupa a los principales fabricantes de ladrillos huecos.
“Esperemos que este proceso de recuperación se consolide, y por eso estamos atentos para hacer nuestro aporte en el análisis que permita contar con políticas públicas que estimulen la construcción de viviendas, tanto en el plano privado como de planes estatales, además de potenciar incentivos fiscales, y desarrollar líneas de créditos hipotecarios a tasas acordes para que más familias puedan acceder a un hogar digno y perdurable”, remarcaron desde la entidad.
La cámara está conformada por 15 empresas de capital nacional que producen ladrillos industriales con eficiencia energética, sector que tiene una participación del 90% en la edificación de viviendas. “En los últimos años hemos invertido más de 100 millones de dólares, al aportar innovación, desarrollo y tecnología para generar empleo formal y directo para 3000 personas en 5 provincias del país”, destacaron.
Y como ejemplo de ese camino de inversiones se refirieron al ladrillo termoeficiente DM20 que ha logrado un nuevo estándar al estar recomendado por la Secretaría de Vivienda de la Nación y cumplir con las legislaciones más exigentes en materia energética del país, como la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires.
La entidad enfatizó que estos nuevos ladrillos huecos generan envolventes que permiten ahorrar hasta el 40% en la tarifa de gas y electricidad de una vivienda, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado, conservando otras cualidades reconocidas como su vida útil superior a los 100 años, la resistencia, con mantenimiento prácticamente nulo.
La pandemia y la construcción
Más allá del fuerte sacudón que implicó la pandemia, desde la Cámara remarcaron los esfuerzos por sostener los puestos de trabajo en la peor etapa y cómo lograron sobreponerse gracias al impulso de la construcción.
“Sin duda los efectos de la pandemia también se vivieron en nuestro sector, pero con gran esfuerzo mantuvimos la empleabilidad y acompañamos a la cadena de valor, a pesar de la suba de los costos que hemos padecido en rubros sensibles como el de la energía, por lo que confiamos en que se pueda articular un crecimiento sostenido para todos los actores, con visión de largo plazo”, remarcó CICER.
En otro orden de cosas, la entidad destacó que la industria del ladrillo en Argentina viene evolucionando de la mano de la ciencia y la tecnología, generando buenas prácticas para el cuidado del medio ambiente según los más altos estándares internacionales.
Que es la CICER y quiénes la componen
La Cámara reúne a las empresas productoras de ladrillo hueco cerámico más importantes de Argentina. En conjunto cuentan con una capacidad instalada de aproximadamente 500 mil toneladas de ladrillos/mes. Por la dinámica de la actividad, además del empleo directo, se generan unos 30.000 puestos de trabajo indirectos, con una fuerte implicancia económica y social, tanto a nivel de Pymes como de emprendimientos personales en todo el país.
Las empresas asociadas a CICER tienen sus plantas productivas situadas en las provincias de Buenos Aires (Pilar, La Plata, Campana, Quilmes, Fátima, Isidro Casanova, Spegazzini, Olavarría, Mar del Plata), Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Río Negro y Salta.
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