La construcción en la provincia de Santa Fe tuvo una marcada caída con la pandemia y luego hubo una recuperación, pero se quedó abajo del nivel que había pre-pandemia y, fundamentalmente, antes de la crisis cambiaria. Tomando los 4 primeros meses de cada año, surge que en el 2018 (justo antes que se desate la crisis cambiaria) se otorgaron permisos de edificación por 704 mil m2, que se cayeron en el 2019 por la crisis cambiaria y en el 2020 por la pandemia. En el 2021 se recupera parcialmente y en el 2022 la recuperación prácticamente se detuvo.
Lo que más llama la atención es que el costo de la construcción en Santa Fe, medido en dólares de mercado hasta el 2019 y paralelo desde el 2019, está a la mitad del 2018 antes de la crisis. En general, se tiende a pensar que cuando vienen las recurrentes crisis cambiarias en Argentina la gente tiende a poner los ahorros “en ladrillos”. Sin embargo, en esta crisis parece que la gente optó por mantener los dólares debajo del “colchón” y se mantiene, por lo menos en lo que va del 2022, expectante.
Permisos de edificación en metros cuadrados y costo de la construcción
Enero – Abril de cada año
Fuente: LP CONSULTING en base a IPEC
La caída en los metros cuadrados de permisos de edificación entre el 2018 y el 2022 es del -21%. De todas formas, muestra bastante heterogeneidad entre las regiones. En Rosario es donde más cayó (-34%) y luego en Ciudad de Santa Fe (-17%). En cambio, en el resto de la provincia la caída fue sensiblemente menor (-13%) que en Rosario, por ejemplo. Es más, en zonas fértiles del interior como Armstrong, Las Parejas, Rafaela, Esperanza, incluso Villa Constitución, los metros cuadrados en permisos de edificación aumentaron entre el 2018 y 2022.
Permisos de edificación en metros cuadrados por región
Enero – Abril de cada año
Fuente: LP CONSULTING en base a IPEC
Estos datos sugieren que la construcción en los dos principales aglomerados urbanos, que son Rosario y Ciudad de Santa Fe, está contraída a pesar del bajo costo de la construcción medido en dólares porque la mayoría de la población vive de actividades urbanas, cuyos ingresos están deprimidos en dólares, y además porque el costo de los terrenos deben estar bastante más caros en las urbes que en el interior.
En el interior, en cambio, por un lado están los últimos dos años que fueron de relativamente buena cosecha y buenos precios internacionales, y, por otro, que hay todavía buena oferta de terrenos dentro del ejido urbano que hace que sus precios sean más razonables. En algunas localidades del interior es donde la gente está poniendo los dólares en “ladrillos”.
De todas formas, que en una provincia próspera como Santa Fe, la construcción privada urbana haya caída tanto como lo hizo en dos años buenos para el campo muestra el daño social que hace la política de comercio exterior tan agresiva de una Argentina con un sector público tan desordenado. La combinación de derechos a las exportaciones con “cepo” cambiario más una distorsiva estructura impositiva impone una exacción estatal abusiva a la renta del campo, el recurso más competitivo del país. Esto hace que, hasta en años de prosperidad del comercio exterior, la población vinculada directa o indirectamente al comercio exterior no pueda prosperar socialmente.
Estos datos simples ilustran la importancia de bregar por un Estado nacional, provincial y municipal ordenado, que brinde buenos servicios a la comunidad con equilibrio fiscal basado en una presión impositiva tolerable y no distorsiva.
La falta de un Estado con estas características es lo que impide a la sociedad poder gozar de un bienestar que debería derivarse de un momento tan propicio, como el actual, que brinda el comercio exterior.
Fuente: LP CONSULTING