Gracias a una mayor conciencia socio ambiental por parte de la sociedad y de los consumidores, se espera que, para los próximos 5 años, crezca 10 puntos porcentuales más que el índice de la construcción general.
De acuerdo con el Instituto de Construcción en Seco (INCOSE), Argentina fue en 2019 el tercer país de Sudamérica en referencia a la penetración de este método, con un consumo de placa de yeso –principal indicador- de 0,8 m2/hab. per-año, sólo por debajo de Chile con 3,0 y de Uruguay con 1,1.
El INCOSE afirma que este sistema brinda grandes ventajas relacionadas con la sustentabilidad, donde se destacan la posibilidad del reciclaje y reúso del acero, dado que los perfiles son 100% reciclables y potencialmente reutilizables finalizada la vida útil de la construcción, esto ocurre frecuentemente en paredes de Drywall.
A su vez, requiere casi nulo consumo de agua de obra y la huella de carbono es comparativamente menor que la de una construcción húmeda.
Los principales aportes del Steel Frame a la sustentabilidad son:
Durabilidad: Los perfiles tienen una vida útil superior a los 300 años y su material constitutivo posee una elevada resistencia mecánica con relación a su peso, evita los ataques por termitas y cualquier tipo de hongo.
Velocidad de ejecución: El plazo de obra se reduce un 70% respecto de una obra húmeda equivalente y si se paneliza en taller se aumenta la productividad, reduciendo aún más el plazo de construcción. Por otro lado, ya no es necesaria la presentación del CAT (Certificado de Aptitud Técnica) lo cual facilita el acceso a los constructores.
Flexibilidad arquitectónica: Se adapta a cualquier tipo de proyecto, desde viviendas unifamiliares hasta construcciones de gran escala.
Ahorro energético: El sistema permite una reducción del consumo de energía en calefacción y acondicionamiento de hasta un 60% debido a las aislaciones térmicas, en comparación con sistemas constructivos más populares.