La fuerza de los incentivos fiscales asociados al sector y la incertidumbre en los escenarios políticos son dos de los factores claves del panorama latinoamericano.
Si bien América Latina se encuentra en un momento de vaivenes económicos y sociales, dependiendo el país los conflictos pueden asemejarse o diferenciarse radicalmente.
El gasto del gobierno impulsará la actividad de ingeniería en México, pero en Argentina las restricciones fiscales pueden evitar una situación similar.
En Brasil, los esfuerzos de reforma fiscal impulsarían el sentimiento por la inversión en infraestructura, mientras que en Perú la agitación política hace que el gasto en ingeniería y construcción sea incierto.
Este año será un año de estabilidad en los principales indicadores asociados a los nuevos desarrollos inmobiliarios y la venta de viviendas en América Latina.
Según distintos análisis, recién en 2021 se proyecta un crecimiento en la región en un rango de 6% en promedio.
México, por ejemplo, se verá beneficiado por la firma del Acuerdo Nacional de Infraestructura que plantea un rumbo de la inversión hasta el año 2024.
Estas nuevas inversiones comenzarán a sentirse, sobre todo, desde mediados de este 2020 y allí se beneficiarán las empresas enfocadas en materiales de construcción e infraestructura.
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