La economía argentina y la de Santa Fe, en particular, se recuperaron en el 2021 del golpe de la cuarentena 2020. Pero una vez que alcanzan el nivel pre-cuarentena se desinflan. Lo peor es la tendencia de mediano plazo que es declinante. La culpa es de la falta de buenas reglas para producir
Se termina el año y en el balance de la economía el sabor es agridulce. En el concierto nacional, la actividad económica medida por el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) desestacionalizado venía creciendo desde mayo hasta setiembre, pero en octubre se detecta una pequeña reversión.
En Santa Fe, la recuperación económica post-cuarentena fue más potente que la nacional, tanto que en febrero 2021 el nivel de actividad, medido por el Indicador Sintético de la Actividad Económica (ISAE) de Santa Fe, estaba sensiblemente por encima del EMAE nacional. Pero a partir de ese mes empezó a declinar hasta setiembre del 2021. El último dato para Santa Fe es setiembre pero ya está a un nivel similar el nacional por lo que cabría esperar que siga declinando.
En suma, tanto a nivel nacional como provincial hubo recuperación post-cuarentena 2020. Pero no tiene potencia. Se desinfla apenas alcanza el nivel pre-cuarentena.
Lo que definitivamente deja un sabor amargo es la tendencia. Tomando el mes de octubre del 2017 como referencia, ya que 2017 fue el último año de crecimiento de la actividad económica, la tendencia nacional y provincial es a la caída. La caída de la tendencia nacional es más empinada que la provincial.
Actividad económica
Octubre 2017 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC e IPEC (Sta Fe)
Ciertamente que la tendencia está fuertemente influida por la abrupta caída de los meses de cuarentena fuerte. Pero si uno se abstrajera, estadísticamente, de los datos que corresponden a los meses de la cuarentena dura más el período vacacional –supóngase, marzo 2020 a febrero 2021– lo que surge es que el declive económico está presente igual. Es más suave, pero es declinante igual, y es más declinante para el total país que para Santa Fe.
Se trata de un ejercicio estadístico en el cual no se computan los datos de la cuarentena para observar cómo se comporta la tendencia. Obviamente que la cuarentena afectó la capacidad de producción actual y eso contribuye al declive. De todas formas, lo que se quiere mostrar con el gráfico a continuación es que la declinación ya venía de antes de la cuarentena.
Actividad económica
Octubre 2017 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC e IPEC (Sta Fe)
Con el mismo ejercicio de obviar los datos de la cuarentena se observó qué pasa con la actividad industrial.
Aquí lo que surge es que la crisis del 2018 – 2019 hasta la cuarentena le pegó más fuerte a la industria de Santa Fe que al total nacional. Sin embargo, en el período post-cuarentena la industria santafecina se recupera a un nivel similar al total país. Aunque en ambos casos la tendencia también es declinante. El declive es similar para el total país que para Santa Fe, posiblemente porque el indicador industrial está más influenciado por Santa Fe, al ser una provincia de perfil más industrial.
Actividad industrial
Octubre 2017 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC e IPEC (Sta Fe)
Se cae la industria, se cae la economía. La razón es la falta de competitividad: falta energía; hay una legislación laboral muy vetusta que data de 1953 (Ley de Negociación Colectiva) y otra de 1974 (Ley de Contrato de Trabajo), con convenios colectivos que datan de la década de los ’70 y los ’80; alta presión tributaria con impuestos muy distorsivos para la producción; regulaciones anti-competitivas para beneficiar a monopolios y corporaciones; y hay cada vez menos capital humano calificado para emprender, ocupar cargos medios y operativos.
Manufacturar en Argentina se está volviendo cada vez más imposible.
Todo esto es por falta de Estado. Un Estado que se dice “presente” para redistribuir entre la población con fines electorales, pero que está totalmente ausente en el diseño y la puesta en funcionamiento de reglas para producir competitivamente. Es serio el problema de la falta de competitividad por ausencia del Estado. Tanto que ya ni los altos precios de la soja, el trigo y el maíz alcanzan para compensar tan malas reglas para producir.
Fuente: LP CONSULTING