Liliana, la firma de electrodomésticos surgida en la ciudad de Rosario, está atravesando un período de franco crecimiento y proyecta la instalación de una nueva planta de producción para 2011.
Con más de 60 años de trayectoria, fabricando una variada gama de electrodomésticos (entre los que se encuentran ventiladores, calefactores, multiprocesadores, licuadores, etc), la empresa de capitales locales se encuentra diseñando un plan de expansión que la llevará a la incorporación de una nueva planta.
En adelanto exclusivo a IMPULSO, Oscar Jacobson, titular de la empresa, indicó que junto a los planes de inversión que vienen desarrollando desde hace dos años con la incorporación de nuevas maquinarias, ampliarán su espacio productivo con la construcción de una nueva planta. “Los 8 mil metros cuadrados con que contamos actualmente nos son insuficientes. Por eso esperamos habilitar otro espacio en 2011”, describió el empresario.
En los últimos años, la empresa ha tenido un desarrollo significativo, ubicándose en los primeros lugares en el país en la fabricación y comercialización de pequeños y medianos aparatos electrodomésticos.
El equipamiento fabril está compuesto por 29 inyectoras de plástico de diferentes capacidades; maquinarias de alta tecnología para matricería, tales como tornos, fresas, electroerosionadoras y maquinarias para la fabricación de motores eléctricos; desde prensa rápida hasta bobinadoras semiautomáticas y líneas de armado para cada producto.
“Es un buen momento, al margen problemas internos, estamos atravesando una etapa muy especial y positiva. Empleamos a 500 trabajadores porque estamos atravesando un momento de la industria muy alentador”, agregó Jacobson.
En tanto, con respecto al lugar donde estará ubicada la planta, Jacobson dijo que estará cerca de Rosario y servirá para potenciar las ventas locales y las exportaciones a Paraguay y Uruguay.
Por último, el empresario se refirió a las medidas antidumping que recientemente aplicó el gobierno nacional y dijo: “Hasta ahora los productos de China y Brasil producen una competencia desleal por los valores con que ingresan a nuestro mercado y no tenemos forma de competir con ellos. El gobierno aplica un impuesto del 200 por ciento a productos que vienen de China y un 24 a los de Brasil para defender a la industria nacional y potenciar nuevas inversiones”.