Roberto Lavagna pretende erigirse como el candidato de consenso de la oposición y de todas las expresiones que no comulgan con la llamada “grieta”, pero para eso necesitaría que declinen sus aspiraciones presidenciales los postulantes del peronismo que armaron Alternativa Federal y que instalaron sus candidaturas antes de que él orillara ese espacio con intenciones de hegemonizar.
Tanto el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, como el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, desafiaron a Lavagna ratificando sus respectivas candidaturas y lo invitaron a participar de las PASO para dirimir el liderazgo de ese frente electoral.
Inclusive dirigentes que se mostraban muy cercanos a Lavagna como el senador Miguel Pichetto, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti y el ex presidente Eduardo Duhalde empezaron a cuestionar por lo bajo al economista por su reticencia a competir en internas.
Ante la resistencia del PJ Federal a rendirse a sus pies y ungirlo por aclamación, Lavagna se abroqueló en torno a sus aliados del socialismo y del ala radical rebelde que rompió lanzas con Cambiemos. Stolbizer, Miguel Lifschitz, Ricardo Alfonsín, Matías Lammens y Federico Storani son algunos de los que patrocinan la candidatura presidencial de Lavagna.