Gustavo Cerati se consolidó como uno de los íconos del rock nacional y latinoamericano. Lejos de quedar en el olvido tras su muerte, el ídolo es recordado en sus distintas facetas y géneros musicales. Uno de ellos es el de la música electrónica, que hoy se analiza con muchísima profundidad a través de una nueva obra del escritor y poeta Gito Minore. “La geometría de una flor” es el título del libro editado por Gourmet Musical.
El cantautor supo encabezar formaciones como Roken, Ocio y Plan V, y constituyó placas como “Colores santos” (1992) junto a Daniel Melero. Estos trabajos junto a algunas bandas sonoras para filmes, se recorren plenamente en esta obra que no pasa por alto versiones remixadas de clásicos de Soda Stereo como “Nada personal” o el disco solista “Bocanada”.
El autor le contó a Télam que se vio sorprendido por la cantidad de trabajo de Cerati en la música electrónica, y necesitó ahondar en qué de todo esto motivaba al artista. Para ello citó la frase de un poema de Edgar Bayley: “Esa infinita riqueza abandonada”.
Melero, Flavio Etcheto o Leandro Fresco son algunos de los músicos que lo acompañaron en la tarea de recopilar críticas y viejos reportajes de Cerati en sus producciones independientes.
Fanático de Soda Stereo, el autor del libro manifestó que su trabajo lo inmiscuyó en un terreno totalmente desconocido y de completa investigación. Una mimetización con el mismo Gustavo en su paso por este género musical. “Me tentaba hablar de lo que se habló muy poco”, destacó.
“La geometría de una flor” es una frase de “Magia”, canción que forma parte del disco “Fuerza natural”. Hoy, ya convertida en un libro repleto de análisis brillantes, está disponible para su compra.