La tendencia a restaurar inmuebles nace por varios factores, entre los más importantes se destacan la necesidad de ampliar la oferta de negocios inmobiliarios y ofrecer proyectos nuevos en propiedades antiguas abarcando así un público que prefiere este tipo de construcciones.
Según algunos estudios recientes este nicho inmobiliario puede generar hasta un 25 por ciento de ganancia en dólares.
El margen de estos beneficios se mide con respecto al bajo costo de una propiedad antigua y en mal estado, a la baja inversión de renovar una unidad en comparación con comprar una nueva y al poco tiempo que demora una obra de refacción con respecto a una que empieza de cero.
“Debido a los cambios vertiginosos que viven las ciudades, hoy es posible que un edificio o una casa de 40 años de antigüedad queden ubicadas en la mejor zona de Rosario entre los mejores edificios; gracias a eso nace la posibilidad de comprarlas, dejarlas como nuevas y venderlas generando grandes diferencias en poco tiempo”, afirma un empresario metalúrgico devenido en inversor de esta clase de desarrollos.