Las construcciones con madera son actualmente las más utilizadas en el mundo moderno ya que es uno de los principales productos para el desarrollo sostenible por ser renovable, reciclable y carbono neutro o positivo.
El uso de este material en el sector es una opción muy ventajosa, no sólo por su menor costo sino también por su rapidez en la ejecución y su menor impacto ambiental en el proceso y en el proyecto realizado.
Además, su capacidad aislante es superior a cualquier material de uso tradicional, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, más en un contexto energético deficitario.
En un mundo que tiene el desafío de absorber el crecimiento de la población, la inclusión en el bienestar social y en un contexto de recursos escasos y cambio climático, las opciones de productos amigables con un desarrollo sostenible son pocas y la madera es una de ellas.
Provee materia prima para productos de primera necesidad de la población, como viviendas, muebles, papeles, energía, químicos, reemplazando en muchos casos, el uso de productos no renovables provenientes de la minería y los combustibles fósiles.
Estados Unidos, Canadá y muchos países de Europa tienen a la madera como material principal de la construcción de hogares, casas y edificios.
Los sistemas de entramado de madera son los esqueletos que sostienen a las 1,5 millones de nuevas viviendas que se construyen anualmente sólo en EEUU.