Tras el envío de los proyectos de ley destinados a promover un blanqueo tributario que genere el ingreso formal de divisas a la construcción, especialistas y agentes económicos consideran que para el éxito del mismo será crucial lograr la tranquilidad de la economía local, que permita trazar un horizonte de estabilidad cambiaria y monetaria y una proyección de crecimiento.
Fuentes del equipo económico se mostraron entusiasmados con el lanzamiento de estos proyectos, considerando que los mismos podrían canalizar inversiones por un monto superior a los 3.000 millones de dólares destinados a distintas iniciativas en la actividad de la construcción, aunque los analistas ponen en duda que se consiga realmente esa cifra en exteriorización de activos.
El blanqueo fiscal realizado en el año 2009 obtuvo 4.300 millones de dólares, en el efectuado en 2013 llegó a 900 millones y en el 2016 unos 117 mil millones.
Referentes del sector plantean que si el Estado va a responder con más impuestos sobre los que blanquearon, como ocurrió este año con los contribuyentes que ingresaron al plan de 2016, o se aplica el impuesto a la riqueza o el aumento en Bienes Personales, se estaría gestando una gran contradicción.
Para el tributarista Iván Sasovsky “hay que generar condiciones de estabilidad y reglas claras, es importante que haya iniciativas para promover la inversión”.
Por su parte, el también tributarista César Litvin enfatizó que “el objetivo de los proyectos es muy bueno, pero se choca con otras iniciativas que son controvertidas, como el impuesto a la riqueza, lo que lleva a que para que tenga éxito hay que mantener reglas claras”.
La Cámara Argentina de la Construcción consideró como histórico que se hayan enviado al Congreso dos proyectos de ley que tienen como objetivo impulsar a este sector y consideró que “dará la oportunidad a miles de argentinos de volver al trabajo y de acceder a una vivienda a través del incentivo a la inversión privada”.