Desde la publicación del Indice Construya, en las últimas semanas se evidenció claramente un repunte en la compra de materiales en el país.
El sector detectó con claridad el beneficio que ofrece la brecha cambiaria y que, como toda oportunidad, no durará mucho tiempo.
Argentina sigue teniendo un gran déficit habitacional y, con un ciclo de tasas bajas en las alternativas financieras, la inversión en construcción pasó a ser una de las mejores.
En el mismo sentido, con el freno del mercado de usados por la lentitud para actualizar sus precios, la construcción o la inversión en un emprendimiento en pozo con valores actualizados son la mejor opción para tener una nueva vivienda.
Desde la óptica del inversor y su búsqueda de maximizar su rentabilidad, Argentina muestra la mayor caída de la región en los precios de la construcción y, por lo tanto, cualquier recuperación del costo que conlleva incrementos en el precio de venta brindará importantes rentabilidades comparativamente con otras opciones de la región que difícilmente se igualen.
Si bien es cierto que Argentina tiene una mayor volatilidad de sus indicadores macroeconómicos, e incluso un mayor riesgo de la seguridad jurídica, el sector de los inmuebles ha sido el que menos ha sufrido cambios en sus reglas de juego en los últimos 70 años.