El sector muestra una disyuntiva entre empresas que aumentaron sus ventas y otras que disminuyeron su facturación desde marzo.
Según un relavamiento de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines, FAIMA, el nivel de actividad de la industria maderera refleja contrastes ya que el 43% de las empresas del sector afirma que mejoraron sus ventas en medio de las medidas de aislamiento por el cornavirus, mientras que el 41% asegura que su facturación retrocedió respecto al nivel existente antes del 20 de marzo.
Los resultados corresponden al estudio “Estado de Situación de la Industria de la madera y el mueble” realizado entre el 27 y el 30 de julio pasado, en base a información suministrada por más de 260 empresas del sector respecto de su actividad actual en el marco del COVID-19.
El presidente de FAIMA, Román Queiroz, destacó que “en el interior del país se observa un buen volumen de ventas y el foco hoy está puesto en cómo garantizar la sostenibilidad del mismo”, con lo cual, “la articulación de medidas con el gobierno resulta fundamental para apuntalar a las empresas y sostener a aquellas que todavía se encuentran en situación crítica”.
Respecto a los motivos que explicaron la suba de ventas que se dan principalmente en el interior del país, los empresarios del sector indicaron que tiene carácter transitorio ya que se observaron compras para mejoras del hogar por la cuarentena, adelantamiento de consumo por posibles presiones inflacionarias y brecha cambiaria.
Casi el 70% de las empresas registraron como principales problemas el incremento del costo de los insumos y la dificultad para conseguir los mismos, el 50% indicó que tiene problemas de falta de insumos.
Asimismo, el 60% de los encuestados manifestó que necesita, de forma total o parcial, la asistencia del programa ATP para el pago de salarios para continuar sus operaciones.
“Tenemos preocupación por el incremento del costo de la materia prima y la dificultad para conseguir insumos que detectamos en muchas de las empresas en nuestro relevamiento”, expresó Soledad Milajer, secretaria General de FAIMA.
En lo que respecta al tema financiero, casi el 50% de las empresas dijo que pospuso el pago de impuestos respecto a otras obligaciones priorizando el cumplimiento de salarios de los trabajadores y el aguinaldo.
“Vemos claramente una economía de dos velocidades, el desafío como sector es convertir el shock positivo de ventas de carácter transitorio en uno permanente, al mismo tiempo que auxiliamos a las que continúan fuertemente afectadas”, remarcó Gonzalo Rondinone, director Ejecutivo FAIMA.
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