Cada año, el 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, como recordatorio del compromiso de toda la sociedad en la lucha contra esta enfermedad.
En este marco la constitución de la Unidad de Mama que funciona en el Centro de Especialidades Médicas y Ambulatorias (Cemar) desarrolló un dispositivo de seguimiento de las personas que transitan esta patología.
Dicha unidad fue pensada con el fin de generar un espacio de encuentro de las distintas especialidades que participan en los procesos de tratamiento y atención de las pacientes, como lo son el equipo de enfermería, trabajo social, salud mental, mastólogos, oncólogos, anatomopatólogos, ecografistas y técnicos radiólogos.
La Unidad de Mama realiza un apoyo a 33 pacientes con este cáncer. El trabajo -que ensambla tareas administrativas con sostenes y amparos psicológicos y subjetivos- está a cargo de Marcelo Tenesini y Liliana Stoletniy, ambos licenciados en Enfermería.
El proyecto se inició luego de que desde la Unidad de Mama se notara que muchas de las pacientes desistían al tratamiento o no asistían en tiempo y forma a las distintas consultas o instancias del procedimiento. Por eso también uno de los motores de la Unidad es mejorar el proceso de atención para lograr mayor adherencia a los tratamientos.
Para Stoletniy los motivos de las inasistencias o la suspensión o el retraso del proceso son “multicausales”. “Van desde el temor, la negación, la falta de acompañamiento, la falta de entendimiento de lo que les está pasando y de la gravedad de lo que ocurre”, detalló. Y sumó: “Además, hay que tener en cuenta todos los factores de riesgo que tienen esas personas, que son riesgos sociales, biológicos, ambientales, geográficos o de vivienda”.
De este modo, con la incorporación del seguimiento se utilizan los recursos de la salud pública para facilitar el acceso y garantizar un abordaje integral de la persona que transita la enfermedad, ocupándose también de otras complicaciones que puedan afectar el proceso.
Abordaje a pacientes en situaciones complejas
Según Stoletniy el objetivo de la Unidad de Mama es la paciente y se trata de “una paciente compleja”. Además, muchas de estas personas padecen otras dificultades como falta de trabajo, viviendas precarias, pobreza, falta de accesibilidad o son víctimas de violencia de género. En ese sentido, a partir del seguimiento se intenta que la persona reciba en tiempo y forma el “tratamiento adecuado para un resultado positivo, y en caso de que no lo fuera, acompañarla por donde se bifurque el camino”, reflexiona la referente.
En ese marco, la labor de la Unidad -que se realiza a través de un equipo multidisciplinario conformado por enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales- consiste en estar presente durante el tratamiento, acompañando y consultando cuáles son las dificultades para acceder y acercarse al Cemar a realizarse los procedimientos, y proporcionar soluciones en caso de que sean necesarias.
En este punto, Stoletniy comentó que el proyecto de acompañamiento requirió una revisión de la concepción de la salud pública. Desde allí, se debatió acerca de la necesidad de abordar el trabajo “no a partir del trabajo médico, sino con el médico y con el resto del equipo” y de poner en práctica conceptos como trabajo en red, equidad, participación y accesibilidad que son “los que le dan el marco teórico, la filosofía, la visión y la misión a la Secretaría de Salud Pública”.
Cabe aclarar que el trabajo con las pacientes con cáncer de mama se realiza en conjunto con los centros de salud barriales, que son los que se encuentran más cercanos a ellas para realizar curaciones o asistencias inmediatas.
Así, la tarea del par de enfermeros de la Unidad de Mama es sostener estos vínculos, especialmente con los profesionales de la psicología y el trabajo social. “Somos los que vamos haciendo ese tejido ya sea desde el primer nivel que es el lugar más cercano a la persona, hasta el resto del equipo”, indicó.
El tratamiento integral de las pacientes
Para poner en funcionamiento el seguimiento, Stoletniy aclaró que se partió desde el concepto de “integralidad”, entendiendo que se trata de un paciente que no puede dividirse, fragmentarse o desarticularse. “Hay muchos factores que cruzan a ese humano complejo, lleno de dificultades. Y si se lo aborda solamente desde lo biológico se pierden un montón de cosas y no se lo puede tomar por completo”, remarcó.
En ese sentido, cada caso es trabajado de manera individual: “De eso se trata un abordaje integral, de no hablar únicamente sobre la enfermedad, sino de referirse al proceso de salud”, aclaró Liliana. Y cerró: “Nuestro trabajo implica no solo que la persona pueda recibir en tiempo y forma su tratamiento, si no que luego quede instalada en la familia la responsabilidad del seguimiento”.