La Universidad Nacional de Rosario, a través de sus Áreas de Extensión y Territorio y Género y Sexualidades, lanzó dos dispositivos para la prevención, abordaje y erradicación de la violencia de género, emplazados en el Centro de Atención Comunitaria (CeAC) que está ubicado en Esmeralda 2363.
Estas políticas institucionales contemplan la complejidad de los problemas y desafíos contemporáneos para la construcción de una Universidad que asuma la tarea de abonar a una sociedad igualitaria, inclusiva y plural, dando respuestas concretas a demandas de transformación indispensables que promuevan la igualdad de género tanto dentro como fuera de la universidad.
Además, la iniciativa busca construir experiencias de trabajo concretas que contribuyan con la promoción de una vida libre de violencias en otras instituciones y en el conjunto de la sociedad.
LOS NUEVOS DISPOSITIVOS
Desde esta perspectiva, se impulsan la creación de dos dispositivos articulados. El primero es el “Dispositivo de atención-derivación de personas en situación de violencia para acompañamiento psico-socio-terapéutico”. El mismo se refiere a mujeres o identidades feminizadas que han acudido a los Espacios de Atención por consultas, denuncias o pedidos de intervención por situaciones de violencias sexistas vividas dentro o fuera del ámbito universitario y requieren acompañamiento específico para revertir los efectos subjetivos que las mismas producen.
El segundo es el “Dispositivo de seguimiento y atención de varones que ejercen violencia”, el cual refiere a varones de distintas edades, pertenecientes a la comunidad universitaria en calidad de estudiantes, docentes, no docentes, graduados, funcionarios y trabajadores en general, que han sido identificados como varones que ejercen violencia a partir de las intervenciones propiciadas por las consultas o denuncias radicadas en los distintos Espacios de Atención de abordaje de las violencias sexistas en la Universidad Nacional de Rosario.
La construcción de ambos dispositivos implica la conformación de equipos de trabajo con profesionales a cargo, con perspectiva de género y experiencia en abordaje y tratamiento de las violencias sexistas. A su vez, implica instancias de formación, actualización y supervisión que permitan evaluar de forma constante y sistemática su implementación, proponer cambios, construir datos y conocimientos relevantes para mejorar su efectividad.
Fuente: UNR