Además de servir para la arquitectura por su resistencia, flexibilidad y costos también tiene beneficios medioambientales y sostenibles.
Durante el Primer Simposio Ibérico del Bambú, realizado en el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja en Madrid, se explicaron las cualidades constructivas de dicho material a través de distintas temáticas como desafíos medioambientales, condiciones de mercado o legislación.
Borja De La Peña, responsable de las políticas globales de la Organización Internacional del Bambú y el Ratán, Inbar, comentó que este material no solo supone un motor del desarrollo sino que, además, está directamente relacionado con seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la Organización de las Naciones Unidas para 2030.
El bambú cumple con el primer punto de este acuerdo internacional, el fin de la pobreza, gracias a generar trabajo; ataca al séptimo, al erigirse como energía asequible y no contaminante; y convierte las ciudades y las comunidades en sostenibles, aprovechando sus tallos flexibles, modernos y resistentes.
Y agregó que “la vivienda va a ser uno de los focos esenciales de las políticas y puede ser un vector de desarrollo, si conseguimos que se dedique un 30% del salario a ella mostrando las capacidades de este material para resolver este problema de alojamiento de una forma duradera y económica, como se comprobó en la construcción de casas en la costa tras el terremoto de Ecuador de 2016.”
“Allí forma parte de la cultura, y se vio que es renovable y sostenible. Que contribuye a reducir la pobreza y que puede ayudar al planeta al desastre medioambiental”, concluyó Lacurcia.
Por su parte, Paulina Soria, coordinadora nacional en Ecuador de Forest Stewardship Council, FSC, una ONG que promueve el manejo forestal responsable, comentó que el bambú es una materia prima fácil de tratar, que genera empleo verde y que favorece las alianzas norte-sur o sur-sur.
“El único problema es que solo se usa el 40% de él y hay que ver cómo sacar provecho al otro 60%, además sabemos que hay recursos que se agotarán, como el petróleo, y que debemos ir supliendo, por lo tanto hay que saber utilizar nuevos productos desde la sostenibilidad; en el caso del bambú, se renueva muy rápido, en periodos muy cortos y requiriendo una pequeña cantidad de agua”, cerró Soria.
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