El desarrollo inmobiliario de barrios privados sobre humedales, que son ecosistemas enteros y hábitat de animales silvestres, pone en peligro la biodiversidad y expone una falaz “invasión” de carpinchos, por ejemplo, en Nordelta. La ecuación, sin embargo, es al revés y responde a la pregunta sobre el origen de esos animales.
Los carpinchos, en realidad, no invadieron ningún espacio. Por el contrario, fueron ellos los expulsados de su lugar por la expansión de estos megaemprendimientos sobre reservas de agua dulce.
Una fuente que trabaja en el sector inmobiliario de esa zona explicó que Nordelta, perteneciente al empresario Eduardo Costantini, se desarrolló en base a tierras de dominio público compradas a bajo precio por compañías constructoras.
Allí, hacen enormes lagunas artificiales y usan esa tierra de relleno para construir las casas en altura. A los pozos que quedan los llenan con agua y a medida que estos terrenos naturales son invadidos por el hombre, los carpinchos se desplazan hacia las afueras, o se quedan en algunos lotes que aún están vacíos.
Así, la población de animales que antes vivía ahí, vuelve a ingresar en busca de comida, por lo que es normal que a los habitantes del barrio le coman el césped o las plantas. Y la invasión humana no queda allí. La magnitud del country es tal, que lanzaron un barrio, llamado casualmente- “Carpinchos”, ubicado en la laguna central. “Es uno de los últimos barrios de su tipo en Nordelta, y está frente al futuro Centro de Nordelta”, afirman, anunciando la continuidad del desarrollo en el lugar. Y los proyectos siguen avanzando modificando los humedales e incluso el cauce del río.
Nordelta no es el único lugar que se ha modificado artificialmente con fines inmobiliarios de altísima gama y que, como consecuencia, empieza a generar contradicciones con los vecinos. Actualmente, en el country San Diego, de Moreno, las personas comenzaron a preocuparse por la presencia de zorros. Y una mujer, incluso, difundió fotos de su gato descuartizado por uno de ellos. Otro caso famoso fue el del country Abril, cuando sacaron en jaulas a los carpinchos y los dejaron afuera del alambrado.
Costantini, además, creó el barrio privado Puertos, en Escobar, cuyos lotes llegan a 200 mil dólares. Este country está basado bajo el mismo concepto de Nordelta y se nota la presencia, por ejemplo, de aguiluchos. En las lagunas artificiales, además, los vecinos que recorren las aguas en kayak se encuentran con víboras, otra señal de que el lugar está construido sobre ecosistemas naturales.
La lucha en contra de la expansión de los countries sobre los humedales lleva muchos años, y tiene poca decisión política en pos de garantizar la existencia de estos reservorios de agua. La fama alcanzada por los carpinchos de Nordelta se dio en medio de la marcha multitudinaria organizada por la Multisectorial por los Humedales para que se sancione una Ley que los proteja.