Impulso

Volar hoy es mucho más sencillo que antes, Internet ha facilitado a los usuarios encontrar las mejores tarifas, descubrir desde la comodidad de su casa u oficina cual es la fecha en la cual el precio es mejor, con qué aerolínea hay una financiación más acorde al bolsillo, o cual ofrece menos escalas o tiempos de espera. Pero una tendencia mundial está generando cambios en la forma en que las líneas aéreas generan sus ingresos, y a su vez la manera en que los viajeros invierten su dinero al volar.

Si bien en Argentina el mercado de cabotaje sigue manejándose prácticamente de la misma manera que hace algunos años, el costo de emisión del ticket (electrónico) suele ser sin cargo, si el usuario realiza la compra online, algo que para quienes prefieran métodos más tradicionales como teléfono o la oficina de ventas, implicará gasto adicional y un ingreso importante para la línea aérea.

Pero cuando uno decide realizar un viaje internacional, va a comenzar a ver nuevos métodos “extra” de generar dinero que han encontrado las compañías aéreas.

Por ejemplo, la clásica división entre turista y ejecutiva (y primera en algunos aviones) se ha ampliado, y varias líneas aéreas como Air France, ofrecen clases intermedias, en este caso llamada Premium, que ofrece una amplitud superior en los asientos y espacios a la ofrecida en la clase económica, pero que no alcanza el nivel de business. Claro está que la tarifa también se sitúa en un lugar intermedio entre turista y ejecutiva.

Pero fuera de las divisiones de clases, al realizar el check-in en línea en compañías como American Airlines, y elegir el asiento, el pasajero se encontrará que las mejores ubicaciones (normalmente más hacia el frente y con acceso al pasillo o frente a la ventanilla, tienen un cargo extra, que puede pagarse directamente a través de la web o al momento de hacer el check-in en el aeropuerto, y por algunos dólares garantizan el lugar. De esta forma hacer el check-in primero no asegura el mejor lugar, sino pagar por la ubicación.

Pagar por la comida y la bebida en vuelos de cabotaje en Estados Unidos ya es habitual, y por algunos dólares se pueden adquirir snacks o bebidas, algo también frecuente en Europa, especialmente en las líneas aéreas de bajo costo.

EasyJet, una de las aerolíneas de bajo costo más populares del viejo continente, ofrece todo tipo de comida y bebida, inclusive a través de un acuerdo con la cadena de cafeterías norteamericana, es posible tomar un café de Starbucks en altura. Esta misma línea aérea, que tiene un sistema de tarifas que se acrecienta cuando más se acerque la fecha de volar, no puede cobrar por asiento ya que la ubicación es al azar, por orden de subida, pero si ofrece el Speedy Boarding, un sistema que por algo más de 10 euros le permite al pasajero evitarse las extensas filas a la hora del check-in y subir primero al avión, y así encontrar la ubicación deseada.

Los modelos de ingresos de las líneas aéreas siguen cambiando, y las que ofrecen Internet, también encuentran en este servicio una buena forma de mejorar su rentabilidad, algo que promete expandirse cada vez más en los próximos años.

Un ingreso fundamental para las líneas aéreas es el equipaje, y no solo los excesos que suelen ocurrir con frecuencia, sino que muchas líneas aéreas (especialmente de cabotaje) no contemplan ningún equipaje, y cobran cantidades importantes cercanas a los 50 dólares por cada bulto despachado.

Según indicó CNN, en los primeros 8 meses de 2012, las líneas aéreas generaron 1.800 millones de dólares en ingresos en relación a equipaje, mostrando cuán importante es ese aspecto. Según estimaciones, los ingresos generados por servicios extra, son equivalentes a las ganancias de las líneas aéreas, algo que cada vez tienen más en claro.

Hoy no solo es necesario comparar el precio del pasaje, sino tener en cuenta la cantidad de desembolsos extra que deberemos hacer, en equipaje, comidas, internet, o la ubicación del asiento, algo que promete ampliarse en breve a más regiones, y con más diferenciación de precios.