El interiorismo es tan vertiginoso como la vida misma y por eso es importante estar al día con lo último en diseño, colores y texturas.
Este año, las principales tendencias aluden a la conexión entre el ser humano y naturaleza, la decoración botánica como las plantas naturales van ganando terreno en toda la casa, inclusive en el baño, por consiguiente, los revestimientos, muebles, griferías y accesorios acompañan este estilo.
Los pavimentos se combinarán con los colores vivos de los muebles, las paredes romperán la homogeneidad de las superficies lisas y los colores intensos también estarán presentes en textiles y complementos.
Los colores intensos se fusionan con la calidez de este elemento para presentar piezas de mobiliario y detalles únicos que lucen como si se hubiesen tallado de una sola pieza.
La madera es un clásico que siempre está de moda pero este año apuesta por maderas con vetas bien marcadas para resaltar el poder de este material.
Además, habrá mármol y acabados similares en paneles de pared, mesas de comedor y detalles en baños y otros espacios de la casa.
La iluminación de tu hogar se transforma y aparecen lámparas de todo tipo: geométricas con líneas rectas y sobrias con composiciones únicas y rompedoras en un espacio concreto.
Las lámparas vuelven a cobrar importancia en los cabeceros de las camas para generar una iluminación única e impecable, el objetivo es impactar y dar protagonismo a los elementos de iluminación.
Por otro lado, será importante el uso de los muebles modulares y multifuncionales, el auge de este tipo de mobiliario radica en su versatilidad ya que se pueden colocar de formas diferentes y tienen la capacidad de adaptarse a todo tipo de viviendas.
Los diseños escandinavos llenos de blanco y tonos neutros pasaron a la historia, este año se esperan composiciones atrevidas que utilicen colores oscuros y elegantes para romper drásticamente con ese estilo.
Imágenes: Gentileza