El gobierno quiere más producción y menos inflación. Luego, coloca trabas a las importaciones. Con menos importaciones tiende a haber más inflación y menos producción. Hay que terminar con esta política pública del “perro que se persigue la cola”. Para ello, hay que multiplicar las exportaciones.
Hay muchas anécdotas dando vueltas sobre los obstáculos que se encuentran para importar productos. Historias de todos los días de trabas administrativas que algunos finalmente pueden sortear y otros no tanto. La pregunta, entonces, es hasta cuando este tipo de trabas que en muchos casos son espurias en el sentido que sólo buscan demorar la operación como para “ganar tiempo”.
Para indagar en la respuesta sirve analizar el siguiente gráfico.
Tipo de cambio oficial real y reservas BCRA
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC y BCRA
Allí está la evolución del tipo de cambio oficial deflactado por el índice de precios mayoristas del INDEC. Esto vendría a ser una aproximación simple al tipo de cambio real para importar que enfrenta un productor. Tomando en cuenta que el tipo de cambio oficial hoy está en $105, en términos reales este mismo tipo de cambio era el equivalente a $140 en junio del 2020. Esto significa que importar un elemento en junio del 2020 requería $140 por dólar oficial, mientras que hoy requiere $105. Es decir, importar se hizo mucho más barato.
Esto es producto de que la inflación crece mensualmente por encima de la tasa de devaluación del Banco Central. Esto fue una constante que recién se detiene en diciembre del 2021 cuando la devaluación tiende a igualar la inflación para no seguir agravando el “abaratamiento” del dólar oficial. Esto se detecta con el aplanamiento de la cuerva en los últimos 2 meses.
Este “abaratamiento” del dólar oficial entra en contradicción con las reservas del Banco Central. Desde octubre 2021 que estaban en unos USD 43 mil millones cayeron de manera abrupta a cerca de USD 37 mil millones. En esta caída de casi USD 5 mil millones influyen mucho los casi USD 2 mil millones que hubo que pagarle el FMI, que retornarían si hay acuerdo con el organismo. Pero lo cierto es que las reservas están cayendo.
Lo que está sucediendo entonces es que el dólar oficial se “abarata” en términos reales, lo que empuja las importaciones al alza. Pero como las reservas caen, esto lleva a las autoridades a buscar vericuetos administrativos para desalentar las importaciones.
Se trata de otra de las políticas públicas del tipo el “perro que se persigue la cola”: por un lado, se quiere tener un dólar barato para contener los precios domésticos, contención que se materializa con más importaciones; pero a su vez, no quiero que suban las importaciones.
Aquí aparece entonces otra idea, muy vieja en Argentina: si prohibimos las importaciones, no sólo que ahorramos reservas del Banco Central, sino que promovemos la industria nacional.
¿Será así?
Para responder esta otra pregunta sirve el gráfico a continuación.
Relación importaciones / PBI
Cambio anual de importaciones y PBI y relación entre ambos
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
Aquí se presenta las variaciones del PBI y de las importaciones. Como se puede observar la asociación es casi directa. Cuando sube el PBI, suben las importaciones. Cuando baja el PBI, bajan las importaciones.
La línea sobre las barras muestra la relación entre el cambio en las importaciones respecto al cambio en PBI. A grandes rasgos, la línea dice que por cada 1 punto que sube o baja el PBI, las importaciones suben o bajan, respectivamente, entre 4 y 6 puntos. O sea, hay una alta sensibilidad de las importaciones al PBI.
Pero además dicha sensibilidad es creciente. La línea de punto muestra la tendencia la cual va a hacia arriba. Es decir, el sistema productivo necesita cada vez más importaciones si es que se quiere crecer.
La razón es simple. El 85% de las importaciones son bienes de capital, repuestos e insumos para la producción. Esta dependencia crece porque los sistemas productivos se van sofisticando lo que significa que requieren cada vez componentes con tecnologías importadas.
Aquí el lector puede pensar: “bueno, pero, por que no promovemos que nuestra industria nacional produzca estos bienes de capital e insumos que hoy importamos”.
La respuesta es que, aun cuando la industria nacional produzca más bienes de capital e insumos domésticamente, siempre requerirá otros bienes de capital e insumos importados. En otras palabras, cambiará el tipo de máquina e insumo que se importa, pero no se reducirán las importaciones.
En suma, otro “perro que se persigue la cola”: queremos la recuperación económica, pero sin aumentar las importaciones. Cuando la propia evidencia de la última década y media señala que no es posible.
¿Por dónde es la salida?
Exportando más. Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, que no se destaca por ser un “librecambista”, una vez dijo que la importancia de multiplicar las exportaciones reside en que permite multiplicar las importaciones.
Con más importaciones, se pueden acceder a los mejores bienes de capital, repuestos e insumos (en suma, tecnología) del mundo. Esto mejora la competitividad lo que permite exportar más. Los consumidores pueden acceder a los mejores bienes y servicios del mundo, mejorando su bienestar, sin comprometer la industria nacional, porque ésta es más competitiva gracias a que puede importar más.
Esta es la política que termina con el “perro que se persigue la cola” y se convierte en círculo virtuoso.
Fuente: LP CONSULTING