Con el blanqueo se observó un empinado crecimiento de los depósitos bancarios en dólares. También hay síntomas de que se están recuperando los depósitos bancarios en pesos y los préstamos bancarios al sector privado en pesos. Esto es importante porque para tener una economía con estabilidad de precios una condición ineludible es que se recupere la demanda de pesos y esto sólo se logra si la gente confía en el peso colocándolo en los bancos en esa denominación y si los bancos le prestan a la gente en pesos.
Para dimensionar y poner en contexto esta incipiente recuperación de los depósitos y préstamos en pesos sirve mirar un pedazo más largo de la película, más que el corto tramo del actual gobierno. Para ello se presenta el gráfico 1.
Gráfico 1.Depósitos y préstamos al sector privado en pesos
En billones de pesos a precios de octubre 2024
Fuente: LP CONSULTING en base a BCRA
Comenzando en enero del 2016, cuando comienza el gobierno de Cambiemos y se pone fin al cepo de la última etapa del Kirchnerismo, los depósitos bancarios en pesos se ubican en $100 billones a precios actuales y los préstamos en pesos entre $60 y $80 billones. Cuando se desata la crisis cambiaria (que todavía persiste), en mayo del 2018, no se produce una salida de depósito en pesos. Es más, fue como que la gente confió en la sanidad de los bancos y que sus pesos estarían a buen resguardo.
En cambio, los préstamos en pesos tuvieron una abrupta caída de $80 a cerca de $40 billones. Esto es producto de que la tasa de interés era muy elevada a los efectos de contener la crisis cambiaria. Por lo cual, la caída del crédito al sector privado contribuyó a profundizar la recesión que de por sí trajo aparejada la inestabilidad del dólar. Los depósitos en pesos reciben el golpe cuando Cambiemos pierde las elecciones en agosto del 2019 que llegan a $80 billones.
Luego vino la pandemia y los depósitos en pesos se recuperaron por el hecho de que el consumo se retrajo y la inflación se moderó bastante (pasó de 54% en 2019 a 36% en 2020). Sin embargo, los préstamos al sector privado siguieron cayendo en términos reales producto de la incertidumbre que regía en aquellos momentos con una tasa de inflación que, saliendo de la pandemia, a partir del inicio del 2022, comienza a ser creciente.
La hecatombe con los depósitos en pesos se produce en julio 2023, cuando la inflación anual ya era de 3 dígitos, el déficit fiscal era incontrolable por el esfuerzo denodado que hacía el gobierno por ganar las elecciones expandiendo el gasto público y porque surgieron las dudas sobre la fortaleza (o debilidad) de los bancos. Obsérvese en el Gráfico 1 que la caída fue desde $110 a $80 billones en sólo 3 meses que no generó pánico porque no se producía por salida de depósitos sino por una inflación que crecía a mayor tasa que la que crecían los depósitos. Los préstamos en pesos ya estaban por el piso por eso su caída no fue abrupta; pero tocaron su mínimo histórico por debajo de los $30 billones.
Vino el presidente Milei y automáticamente generó confianza deteniendo la caída real de los depósitos en pesos y recuperando los préstamos en pesos al sector privado.
¿Qué hizo Milei para recuperar los préstamos en pesos?
Para observar lo que hizo sirve el Gráfico 2. Básicamente, llevó las Leliqs a cero.
Gráfico2. Depósitos, préstamos y Leliqs
En billones de pesos de octubre 2024
Fuente: LP CONSULTING en base a BCRA
Es interesante el Gráfico 2 porque permite observar con bastante claridad lo pernicioso que son los pasivos remunerados del Banco Central.
En primer lugar, claramente ambas crisis (la de Macri y la de Massa) se produjeron cuando las Leliqs llegaron a $80 billones a precios actuales. Evidentemente a ese nivel, el mercado queda “empachado” de tantos pasivos remunerados del Banco Central lo que gatilla la crisis de los depósitos y los préstamos en pesos.
En segundo lugar, se ve claramente que cuando los pasivos remunerados del Banco Central crecen, los préstamos el sector privado decrecen. Esto es natural, porque en definitiva los pasivos remunerados entran al mercado a astringir pesos de los bancos para que no se presten al público a fin de no azuzar aún más la inflación. Paradójicamente se da el caso de que, mientras el Banco Central succionaba pesos que podrían haber ido como préstamos el sector privado, las autoridades económicas del momento prometían préstamos subsidiados el sector privado para reactivar la economía en la pospandemia. En realidad, estos anuncios eran como un perro que se persigue la cola.
En tercer lugar, la crisis de Macri de fines del 2019 ya era terminal. La pandemia vino en “ayuda” del gobierno del Frente de Todos porque forzó un aumento de la demanda de pesos expresada –en el Gráfico 2– con esa estabilidad que tienen los depósitos en pesos entre los años 2020 y primera mitad del 2023. Cuando las Leliqs alcanzaron el mismo nivel que con Macri, la crisis terminal de Macri se volvió a manifestar.
¿Cómo sigue esto?
Es notable como el gobierno supo aprovechar la bocanada de esperanza que le dio la mayoría de la población, para generar un shock de confianza y llevar las Leliq a cero. Sin embargo, como la crisis monetaria es terminal, la reconstrucción del crédito en pesos llevará tiempo, como se observa en el Gráfico 2.El crédito en pesos tiene un marcado crecimiento pero recién está en el nivel que tenía cuando se desató la crisis de Massa. Falta mucho para que recupere el nivel que tenía cuando se desató la crisis de Macri.
En la medida que la inflación se mantenga muy baja y de manera creíble (aquí juega el tipo de cambio real) el crédito bancario en pesos se va a recuperar. Para que estas condiciones se den hay que ordenar el Estado para que el equilibrio fiscal sea sustentable y empujar mucho los RIGI para que entren más dólares a inversiones competitivas y exportables en energía y minería.
Fuente: LP CONSULTING