La legislatura porteña aprobó bajar la superficie constructiva generando mayores dificultades para acceder en sillas de ruedas.
Luego de que la legislatura de la ciudad de Buenos Aires aprobara la disminución de los metros cuadrados construibles, desde distintos colectivos de personas con dificultades de accesibilidad reclamaron la falta de espacio y adaptabilidad de las futuras unidades.
La decisión que desencadenó este reclamo fue la modificación al Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires, que aprobó bajar la superficie mínima de los departamentos de 27 metros a 21,5 metros cuadrados.
“La decisión nos afecta porque no podremos ni alojarnos ni visitar a algún pariente o conocido. Con esas medidas mínimas no nos podemos movilizar en sillas de ruedas”, dijo Pedro Ávalos, vicepresidente de la Confederación General de Jubilados, Retirados, Pensionados y Adultos Mayores del país.
Este tipo de construcción discrimina a las personas usuarias de sillas de ruedas, sea manual o con motor, porque no permite la adaptabilidad del espacio. Por ejemplo: alguien en esa condición debe tener un baño de al menos 4 m2 para contar con la posibilidad de giro para moverse.
Al reducir tanto el metraje, se empieza a tornar discriminatorio. Una vivienda debe tener accesibilidad, para que la persona pueda llegar, y adaptabilidad para discapacitados. Esta última condición es la que no se cumple al habilitar los micro departamentos.
La coordinadora operativa del área de discapacidad de la Defensoría del Pueblo, Ermelinda Garbini, sostuvo que estos derechos están en las convenciones internacionales a las que el país adhirió y que tienen rango constitucional.
“Esas normativas ponen un eje muy importante en que el Estado debe garantizar condiciones para que las personas con alguna discapacidad puedan manejarse con autonomía. Si no estaríamos retrocediendo décadas, cuando se las recluía”, agregó.
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