El gobierno revirtió la adversa dinámica fiscal.Ahora enfrenta dos nubarrones. Uno es la caída de los ingresos públicos provenientes del comercio exterior. El otro es la descapitalización de la infraestructura por caída de la inversión pública y la mala reacción que las provincias puedan tener por no recibir más las transferencias discrecionales.
El gobierno terminó su primer año de gestión con una reversión impresionante de la adversa situación fiscal heredada en diciembre del 2023. El superávit financiero del Sector Público Nacional pasó de un déficit de -4,6% del PBI en el 2023 a un superávit de 0,3% del PBI en el 2024. Esto fue gracias a una reversión del déficit primario que pasó de -2,9% a superávit por 1,8% del PBI, mientras el pago de intereses bajó de 1,7% a 1,5% del PBI.
Gráfico 1.Resultado financiero del Sector Público Nacional
En % del PBI
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
Esta reversión del déficit fiscal comenzó a manifestarse apenas comenzado el 2024, lo que generó una expectativa positiva en el mercado haciéndole recuperar el crédito público al Tesoro nacional. Esto fue aprovechado para desarmar rápidamente también, y sin procesos traumáticos como “Plan Bónex” o hiperinflación, la bola de nieve de las Leliqs. En marzo del 2024 las Leliqs desaparecieron y en julio del 2024 hicieron lo propio los pases del Banco Central.
De esta forma, el Banco Central deja de auxiliar al Tesoro emitiendo dinero para luego chupar el exceso de emisión con las Leliqs y los pases. La deuda pública la toma solamente el Tesoro nacional y el Banco Central se concentra en preservar la estabilidad de precios. La rapidez con la que se logró este ordenamiento monetario es lo que explica la rápida baja de la inflación.
Los interrogantes pasan por la sustentabilidad fiscal
Preservar estos dos importantes logros (reversión de la dinámica fiscal adversa y el ordenamiento monetario) requiere analizar cómo se logró el equilibrio fiscal.
Los ingresos públicos crecieron apenas un 0,2% del PBI. Esto fue fruto de un incremento desde 0,8% a 1,0% del PBI de los Derechos de Exportación y de 0,8% a 1,1% del PBI del Impuesto PAIS, que más que compensaron la caída de -0,3% del PBI que sufrió el resto de los ingresos públicos nacionales.
Gráfico2. Evolución de los ingresos del Sector Público Nacional
% PBI
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
El talón de Aquiles de la estrategia de ingresos tiene dos aristas preocupantes. Por un lado, en el 2025 el impuesto PAIS desaparece. Por lo tanto, el Estado nacional pierde 1,1% del PBI de recaudación. Por otro lado, la baja en los precios internacionales, las condiciones climáticas adversas y el retraso cambiario llevaron al gobierno a reducir los Derechos de Exportación para los principales cultivos. Esto implica otra reducción de ingresos que suma dudas a la sostenibilidad de los ingresos públicos en el nivel que tuvieron en el 2024.
Por el lado del gasto, todos los ítems de gasto primario fueron licuados con la inflacióny la contribución a la baja fue pareja por parte de todos. Las jubilaciones, los salarios públicos, los subsidios económicos y los subsidios sociales se redujeron, cada uno, en 0,6% del PBI haciendo una reducción de 2,4% del PBI entre los 4 ítems de gasto. La estrategia del gobierno para el 2025 consiste enmantener esta licuación.
Esto es posible, ya que con el mero trámite de ajustar el gasto por inflación pasada, la licuación queda congelada, dado que, ajustando por inflación, no hay recuperación real. De hecho, la movilidad de las jubilaciones ya es por inflación y el gasto en salarios y subsidios económicos y sociales hasta pueden ajustarse, incluso, por debajo de la inflación.
Las dudas surgen con tres ítems de gasto muy sensibles. Uno es la inversión pública nacional, el otro es la inversión provincial que se venía financiando con transferencias discrecionales de la Nación y las transferencias discrecionales de la Nación para financiar gasto corriente de las provincias.
Estos ítems tuvieron fuertes caídas. La inversión pública nacional cayó de 1,2% a 0,4% del PBI, las transferencias discrecionales para gastos de capital de las provincias cayeron de 0,4% a prácticamente 0% del PBI y las transferencias discrecionales para gastos corrientes de las provincias cayeron de 0,8% a 0,3% del PBI. Sumando los tres ítems hicieron una contribución adicional de 1,7% del PBI de caída del gasto primario nacional.
Gráfico 3. Inversión pública y transferencias discrecionales a provincias
% PBI
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
Estos gastos merecen una consideración especial si se aspira a que se mantengan congelados.
El primero de ellos –la inversión pública nacional– son las inversiones de infraestructura interprovincial que corresponde que las haga el Estado nacional. Si esta inversión no se hace, el mal estado de la infraestructura agravará los problemas de competitividad de la economía, poniendo presión adicional al atraso cambiario. El gobierno nacional propone que la inversión en infraestructura se realice con fondos privados en esquemas de concesión para la realización de la obra y posterior recupero de los privados en base al cobro de tarifas y peajes. Este es un método utilizado en países desarrollados e incluso en los países vecinos, como Chile y Uruguay, sin embargo, requiere un trabajo sofisticado de diseño de contratos desde el punto de vista legal, económico y financiero.
El caso de las transferencias discrecionales a provincias
La reducción unilateral de los fondos discrecionales que la Nación solía mandarle a las provincias generó intensan polémicas entre los gobernadores, aunque ahora ya prevalece la aceptación. El punto es que dichas transferencias nunca tendrían que haber existido. Las provincias reciben de manera diaria y automática los recursos de la coparticipación y la recaudación por los impuestos provinciales para hacer frente a sus obligaciones de gasto que son los servicios sociales y la inversión pública provincial. Sin embargo, un vicio que se instaló históricamente fue que el gobierno nacional de turno se ponía a ayudar a las provincias con estas transferencias discrecionales para gastos corrientes y de capital los cuales correspondenser hechos por las provincias con sus recursos. Obviamente, la más de las veces estas ayudas venían de la mano de la exigencia del gobierno nacional del turno a la adhesión política del gobierno provincial ayudado. En este sentido, las transferencias discrecionales eran un vicio de la política.
El actual gobierno actuó correctamente al eliminarlas o reducirlas sustancialmente. Sin embargo, ahora correspondería avanzar en un ordenamiento tributario en donde se acuerde con las provincias la unificación del IVA con Ingresos Brutos y tasas de industria y comercio municipales en un único impuesto a las ventas para que las provincias se financien con el producido de este impuesto unificado en sus territorios. Esto implica salir de la coparticipación para ir hacia un esquema de correspondencia fiscal donde el nivel local de gobierno (provincias con sus municipios) se financia con los impuestos de sus ciudadanos para brindarles y rendirles cuentas por los servicios que brinda.
Parece ambicioso, pero es el paso natural necesario que se debe dar para desterrar la mala práctica de las transferencias discrecionales a provincias. Un cambio de estas características no puede ser hecho de manera unilateral desde la Nación sino que debe instrumentarse con un acuerdo de coordinación fiscal entre la Nación y las provincias. Mantener congeladas las transferencias discrecionales y no avanzar en darle a las provincias las potestades tributarias para financiarse corre el riesgo de descapitalizar la infraestructura provincial y aumentar los dos peores impuestos distorsivos, que son Ingresos Brutos y tasas de industria y comercio municipales, erosionando severamente la competitividad.
Conclusión
El Estado nacional logró revertir en el 2024 el desequilibrio fiscal. Pero en el 2025 enfrenta dos nubarrones preocupantes:
- Uno es la caída de los ingresos públicos por la desaparición del impuesto PAIS y la reducción de los Derechos de Exportación.
- El otro es la descapitalización de la infraestructura por reducción del gasto de capital nacional y la elevación desordenada de los dos peores impuestos distorsivos que son Ingresos Brutos y tasas municipales. Ambos factores generan un fuerte deterioro de la competitividad lo que no ayuda a la recuperación de la actividad económica a los fines de recuperar los ingresos públicos perdidos por la desaparición del impuesto PAIS y la rebaja en los derechos de exportación.
Fuente: LP CONSULTING