Los ocho rugbiers acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa en enero de 2020 a la salida de un boliche en la ciudad costera de Villa Gesell continuarán presos.
La decisión fue tomada por la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, que además confirmó la elevación a juicio para todos los detenidos.
En ese contexto, los magistrados se mostraron impermeables ante el recurso de queja presentado por el abogado Hugo Tomei, defensor legal de Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli. Está previsto que el juicio inicie de manera oficial el 2 de enero del 2023.
“Más allá de las dogmáticas alusiones a un ‘estado de indefensión’ y la vulneración del derecho a ser oído, no demostró la existencia de un cambio sorpresivo que hubiera obstaculizado el derecho que -de manera genérica- aduce vulnerado”, fueron las palabras con la que los jueces defendieron su postura.
En septiembre de 2021, ya se había rechazado por «inadmisible» un recurso de la defensa para lograr que cesen las prisiones preventivas. De esta manera, la única instancia que le queda a Tomei sería la de recurrir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, caso contrario quedará firme la elevación a juicio y las prisiones preventivas de los acusados.
Los ocho rugbiers están imputados del delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas», y también por «lesiones leves» sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él la madrugada del crimen.
En la causa fueron sobreseídos otros dos jóvenes acusados de ser partícipes necesarios: Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi.