¿Se podrá llegar a escriturar un inmueble con valores que se atesoren en una billetera virtual? Esto es lo que empieza a pasar en el mercado inmobiliario, donde cada vez suenan con más fuerzas las oportunidades de comprar viviendas mediante activos digitales como tokens o bitcoins. Es que, en el último tiempo, en el segmento del Real Estate, la tokenización de bienes inmuebles dio mucho de qué hablar.
Se trata de una nueva tendencia que, en términos sencillos, consiste en transformar un activo inmobiliario en un token que se almacena en la cadena de bloques. Luego, una vez que ya está convertido en un activo digital, se pone a la venta.
Esto no solo se hace con viviendas ya construidas. También existen compañías que crean tokens que representan propiedades en pozo, y los ponen a la venta para generar liquidez en ese proyecto de bienes raíces. Es un nuevo modo de financiar el desarrollo.
En este marco, según un relevamiento internacional realizado por Security Token Market, la capitalización del mercado inmobiliario tokenizado ascendió a u$s30,032 millones en Estados Unidos, lo que significa una gran oportunidad para la Argentina y también para América latina.
“En nuestro país, como existe una gran adopción de Bitcoin y de las criptomonedas, la tokenización de bienes raíces ya existe. Los argentinos eligen tokenizar una propiedad, pagar en cuotas; o comprar metros cuadrados en proyectos, a modo de crowdfunding, para generar intereses; y hasta pueden acceder a departamentos de pozo”, explica Álvaro Castro Burgueño, presidente de Che Token, compañía de real estate especializada en tokenización de activos inmobiliarios.
Sin embargo, todavía hay dudas respecto a la seguridad, las oportunidades que presentan este mercado y las claves para evitar las estafas. Sobre todo a la luz del surgimiento de estafas piramidales como las que vienen protagonizando las noticias en las últimas semanas.
En este sentido, es bueno saber que desde el año pasado la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) capacita a desarrolladoras, constructoras e inmobiliarias del país para que puedan aceptar pagos en criptomonedas y poder triangular el dinero digital sin ningún problema ni fricciones, garantizando así la seguridad de las transacciones.
“En vez de hacer la transferencia del capital en efectivo, el inversor adquiere una criptomoneda estable emparejada uno a uno con el dólar estadounidense como USDT y DAI; y hace el giro de dinero. Como se trata de criptodivisas que mantienen siempre el valor de u$S1, no hay fluctuación y el monto es exactamente el mismo que si estuviera haciendo el pago en efectivo o la transferencia”, detalla Castro Burgueño.
No obstante, como se trata de un mercado relativamente nuevo, todavía hay personas que tienen desconfianza. Por esta razón, las inmobiliarias también aceptan pagos mixtos, es decir, una parte en dinero en efectivo y el porcentaje restante en criptomonedas estables para asegurarse que la transacción fue exitosa.
“Tanto el crowdfunding inmobiliario como la tokenización son modelos que permiten comprar partes de un edificio y recibir los dividendos de la renta y la capitalización de manera similar a la generada por un inmueble alquilado, con el beneficio que uno puede comprar y vender desde u$s50 y empezar a construir el verdadero recurso financiero que nos interesa una renta en dólares”, afirma Oscar Puebla, arquitecto y broker inmobiliario.
Y agrega: “En el caso del token, llevamos nuestro Capital en nuestra billetera virtual y cobramos en criptomonedas en cualquier parte del mundo”.
Cómo resguardarse de las estafas
¿Qué precauciones hay que tener al entrar en este tipo de operaciones? Es preciso tener cuidado con los virus de computadora que alteran las direcciones de las billeteras de criptomonedas para robarse fondos.
¿Cómo funciona esto? Una persona copia en su portapapeles la dirección de la billetera de criptomonedas de la inmobiliaria. Cuando pega esa dirección en su cuenta para realizar la transferencia, el virus altera ese código y pega uno propio. La persona, sin saberlo, envía el dinero a una dirección falsa. La única manera de protegerse de esto es con un buen antivirus y siempre hay que chequear que la dirección sea la correcta. Es decir, comparar ambas varias veces hasta estar totalmente seguro.