Estas dos agrupaciones clásicas de la música rosarina se presentaron este jueves en el anfiteatro de la ciudad en el marco del ciclo "Rosario Bajo las Estrellas".
Las bandas se presentaron al aire libre en el anfiteatro Humberto de Nito, donde el público bailó en sus burbujas de distanciamiento físico, respetando los protocolos para prevenir contagios de Covid-19.
El show comenzó a las 20.45, cuando los integrantes de Mamita subieron al escenario y dieron apertura al recital que esperaba ser la inauguración del festival, pero que debió posponerse días antes del concierto, al confirmarse tres casos positivos de coronavirus en los músicos de esta banda.
Fue así que después de interpretar “No me digas”, su cantante, Eugenia Craviotto Carafa, agradeció al público por su presencia luego de 10 meses sin tener la oportunidad de presentarse en vivo.
Mamita Peyote es un proyecto creado en 2011 por la vocalista y su compañero, el guitarrista Charly Bertolin, que atraviesa rocksteady, reggae, ska-jazz, rumba, cumbia, swing, funk, rock, gypsy y pop latino.
Desde entonces, compartió escenario con bandas como The Wailers, Dread Mar I, y Mimi Maura, publicó dos discos (uno homónimo en 2014 y “Runfla Calavera” en 2018) y en 2019 se presentó en el Ruido Fest de Chicago, en lo que fue la segunda gira internacional de la banda.
Salio la Rosario Smowing
Pasadas las 22 llegó el turno de la Rosario Smowing, la “RockBigBand” local, un grupo con 20 años de recorrido, cuatro discos y dos singles independientes, que recrean la música bailable de las décadas del 40, 50 y 60 combinando elementos y arreglos de ska, jazz, mambo, rockabilly, dixie, tango y bolero.
Una vez concluido el concierto de 75 minutos de duración, su cantante y multinstrumentista, Diego Casanova, manifestó la alegría del grupo por el reencuentro con su público.
“Se pudo bailar en las burbujas y eso fue una parte importantísima ya que rechazamos ofertas por considerar que nuestro público necesitaba estas condiciones para que nos saquemos los brillitos y bailemos un rato”, dijo Casanova entre risas en declaraciones a Télam.
Respecto a la pausa que debió tomarse la banda durante el último año, Diego confesó que “sentimos la necesidad y la urgencia de reunirnos a ensayar, manteniendo los cuidados. Necesitamos tocar para no morirnos”.
Por último, Diego se refirió a la especialidad de tocar junto al río Paraná, su lugar en el mundo, y apuntó que “el río siempre me trató bien y cuando te trata mal es porque suceden cosas, porque se mueve. Bah, en realidad no te trata mal, es solo que a veces se porta más fiero. Para mí el río nunca fue un corte de un lado y otro, sino que es una unión, el agua me une a cualquier cosa”.
Fuente: Télam