El impulso para avanzar con la iniciativa tuvo como principales protagonistas a Estados Unidos y la Unión Europea.
Más de 100 países, entre ellos Estados Unidos, el bloque de la Unión Europea (UE) y Argentina, se comprometieron a recortar en 30% sus emisiones de metano, uno de los gases que provocan el calentamiento global, para 2030, y aunque el presidente estadounidense, Joe Biden, llamó a más Estados a sumarse, por ahora se destacan las ausencias de China, India y Rusia, tres de los cinco mayores emisores del planeta.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció este acuerdo voluntario y no vinculante en la cumbre de la conferencia de la ONU sobre clima en el Reino Unido, junto al presidente estadounidense, quien dijo que el metano es causante de gran parte del calentamiento global.
“El metano es uno de los gases que podemos reducir más rápidamente“, subrayó Von der Leyen, y recordó que este gas es responsable de “cerca del 30%” del calentamiento global desde la revolución industrial.
A su turno, Biden dijo que “reducir nuestras emisiones de metano lo más rápido posible es una de las cosas más importantes que podemos hacer en esta década decisiva“ para cumplir con la meta de impedir que la temperatura global suba más que 1,5°C este siglo.
El metano tiene un efecto invernadero 80 veces más potente que el dióxido de carbono y sus fuentes, como las minas de carbón a cielo abierto y el ganado, han recibido relativamente poca atención hasta ahora.
Como dijo Von der Leyen, limitar las emisiones de metano que resultan de la industria del gas y del petróleo está considerada como una de las maneras más fáciles de recortar la salida a la atmósfera de gases que explican el calentamiento global.
Reducir las emisiones de metano producto de la explotación agrícola, en particular de las exhalaciones de ganados rumiantes como las vacas, ovejas y cabras, es una cuestión más complicada.
Télam