Con 33 años llegó a Rosario Central y se convirtió en patrón del equipo de Bauza campeón de la Copa Argentina, Matías Caruzzo contó en su charla con “Una buena tarde” por Del Plata Rosario de qué manera transita está pandemia: “Me estoy acostumbrando a esta nueva vida rara, entendiendo que es lo mejor para todos”.
Siendo uno de los jugadores experimentados que quedan en el fútbol argentino evitó hablar de la situación económica ante la crisis que se viene “no me parece lo mejor hablar de temas económicos en la situación que estamos viviendo, donde hay gente que la está pasando mal de verdad y muertos. Entiendo que el problema económico es de la sociedad misma, no solo de los clubes, primero hay que superar este momento y después nos acomodaremos a lo económico”.
A pesar que jugó poco, valoró el gran torneo que hizo su actual equipo Argentinos Juniors, emblema de esa institución dijo que le tocó llegar “en la etapa final del torneo, en los últimos siete partidos, donde incluso me perdí el primero por no haber firmado el contrato, fue todo raro por como llegué pero hicimos un muy buen torneo”.
PASADO ROSARINO. Todavía le queda un gusto amargo por la forma que se fue de Rosario Central: “Me hubiese gustado irme de otra manera, pudiendo disfrutar como lo hice casi todo el tiempo en el club, en el último bimestre no me permití terminar de disfrutar lo que estábamos haciendo por algunos motivos que no vienen al caso aunque disfrute mucho mi paso por la institución, conocerlo y poder ser campeón, era mi objetivo”.
Destacó que nunca quiso hacerle daño al club ya que “desde lo económico me convenía quedarme en Central, eso hay que dejarlo en claro, porque si quería hacerle un daño al club me quedaba sentado en el banco que me pagaran todos los meses, el tiempo que estuve lo cobré”.
A pesar de no cerrar la puerta a un posible regreso sabe que las posibilidades son pocas: “Voy a cumplir 36 años, no es un dato menor, hay que ver también que pasará después de la pandemia, como uno se sienta, este es un parate perjudicial para mí a esta altura de mi vida donde no me puedo mover más allá del perímetro de mi casa y hacer un poco de bicicleta fija. Nunca le voy a cerrar la puerta a un club donde pude disfrutar y donde dejé un lindo recuerdo”.