Medidas globales contra la crisis de vivienda

Existe una gran preocupación de los mercados financieros por una hipotética crisis económica futura que pueda volver a estallar a raíz de la burbuja inmobiliaria.

El mundo vive una turbulenta situación en materia de vivienda debido, entre otras causas, a los altos costos que acarrean los inquilinos entre la renta de un inmueble y los gastos que la misma conlleva; por este motivo, muchos países empezaron a regular el mercado.

Berlín, uno de los grandes centros financieros del mundo, aprobó una ley para congelar los precios de los alquileres, limitando los aumentos de las rentas durante los próximos cinco años.

La ciudad de Nueva York decidió ponerle fin a las comisiones inmobiliarias al momento de firmar un contrato, que en algunos casos podían llegar hasta el 15% de la renta anual.

Por otro lado, en Portugal ya es posible poseer una casa de por vida sin necesidad de adquirirla gracias al Derecho de Vivienda Real Duradera, DHD, puesto en marcha desde enero y aprobado por el Parlamento hace casi un año.

A cambio el inquilino deberá pagar una fianza inicial con un costo que va del 10 al 20% del precio medio de la vivienda, actualizando la renta de manera anual con el Índice de Precios al Consumo.

El DHD está pensado como punto intermedio entre las opciones de compra y alquiler de bienes inmuebles, lo que permite que el inquilino resida el tiempo que quiera, pudiendo rescindir el contrato en cualquier momento recuperando parcial o totalmente el monto abonado.

En el caso de España, los partidos políticos PSOE y Unidas Podemos firmaron un acuerdo a finales de año que contempla la regulación de los precios del alquiler como medida para frenar la crisis inmobiliaria.

El pacto, además, acordó poner límites a las unidades turísticas e impulsar un parque de vivienda pública destinado al alquiler social.