Este fin de semana llegó a Netflix la quinta temporada de Peaky Blinders, una excelente serie británica que sigue a una de las mafias inglesas y que supo marcar diferencia por su diseño, su trama, su puesta estética y sus interpretaciones. Los nuevos capítulos mostrarán el desembarco de Tommy Shelby en la política y una sucesión de conflictos y efectos dominó en otra de las series destacadas de octubre.
TRAMA. La familia Shelby tiene que lidiar con el derrumbe bursátil de 1929, mientras que su querido líder Tommy deberá afrontar amenazas a su poder de parte de su propia familia y de rivales fascistas. Cuando el crack, uno de los ejes centrales de esta entrega, un hecho que afectará a la banda que tendrá que buscar otras vías para obtener ingresos para mantener su elevado tren de vida.
El ascenso de un gánster a político no era novedoso en el nuevo orden mundial que había configurado el capitalismo, aunque sí para la tradicional política inglesa, que había hecho de su monarquía constitucional el régimen político democrático más estable de todo Occidente. De esa transición de los sucios negocios a la política institucional versará la quinta temporada de la serie.
Esta serie fue creada por Steven Knight y producida inicialmente por la BBC, e hizo furor en el Reino Unido.
Como nuevas incorporaciones al elenco se encuentran Sam Claflin (“Los juegos del Hambre”), quien interpreta al líder fascista Oswald Mosley, un político británico conocido principalmente como el fundador de la Unión Británica de Fascistas. Por su parte la actriz argentina Anya Taylor-Joy y el irlandés Brian Gleeson también se suman a esta quinta temporada que promete ser tan atrapante como las anteriores.