La edición número 92 de los premios de la Academia no pasó desapercibida en la noche del domingo. Por primera vez en toda la historia de los Oscar, la película ganadora es una producción en habla no inglesa, y la cosecha de cuatro de los premios más importantes con los que se alzó “Parasite” marco un hito.
En una gala a pura sorpresa sobre el final, emoción y corrección política, se confirmó una intención de la Academia, vista en los últimos años, de extender su plataforma de votación con integrantes fuera de la industria de Hollywood. De hecho el año pasado “Roma”, de Alfonzo Cuarón, estuvo a un paso de conseguir lo que finalmente resulto este año con el film coreano.
Quizás el paso previo a concretar este suceso histórico fue cambiar el título del rubro de “mejor film extranjero”, a “mejor film internacional”, para después encontrar el doble premio con el de mejor película, marcando un antes y un después con algo que nunca había sucedido. Es que hasta este año, tan solo 10 películas en la historia de los Oscar habían sido nominadas como mejor film extranjero y a su vez como mejor película. La primera vez fue en 1938, con la producción francesa dirigida por Jean Renoir.
Otros casos fueron “Z” (1970), de Argelia y Francia; “Los emigrantes” (1972) y “Gritos y Susurros” (1973), de Suecia; “El último Emperador” (1988), coproducción entre China, Italia, Francia, y Reino Unido; “El cartero” (1995) y “La vida es Bella” (1998) de Italia; “El tigre y el Dragón” (2001) de China; “Babel” (2007), de México, Japón, Marruecos, y Estados Unidos; “Amour” (2013) de Francia; y la mencionada “Roma” el año pasado de México. En el caso de “El último emperador” gano como mejor película, pero no en el rubro film extranjero.
Es por eso que “Parasite” marco un record al lograr ambos galardones. La película lleva acumulados más de 200 premios desde que comenzó su recorrido en el circuito de festivales y ganó la Palma de Oro en Cannes, sumadas las cuatro estatuillas doradas de la Academia, lo que la transforma en uno de los reconocimientos más grandes de la industria de su país y un gran precedente para el cine de Corea del Sur.
Otro caso para destacar es el premio a su director, Bong Joon-ho, y al mejor guion original, situación que también tiene pocos precedente. Además “Parasite” se convierte en la primera película coreana en ganar un Oscar, y la estatuilla a su director confirma también la tendencia de la Academia, desde hace ya varios años consecutivos, de premiar a extranjeros como mejor director. Solamente una vez se impuso un estadounidense, Damien Chazelle en 2017 por “La La Land”.
UN CINEMATOGRAFÍA POTENTE
El cine de Corea del Sur es potente, exquisito, prolífico, que mostró innumerables talentos. De presencia constante en el circuito de festivales internacionales, muchas de sus películas, al igual que “Parasite” ofrecen cierta sátira social y muestran la desigualdad de clases. En este caso Bong Joon-ho sigue a una familia surcoreana pobre, cuyos miembros se hacen pasar por profesionales para obtener empleos en la casa de una familia rica.
Con tan solo siete películas realizadas, el talentoso director trascendió fronteras y conquistó a millones de espectadores alrededor de todo el mundo. Variando entre distintos géneros, siempre hay presente una temática recurrente en su filmografía, como es el caso de la unidad familiar en su película “The Host”, y claro, la lucha de clases, ya expresada antes en “The Snowpiercer”. Con su más sobresaliente obra “Parasite”, no solo pone un broche de oro a su exquisito cine, pero a su vez marca el inicio de una carrera internacional que seguramente no tendrá techo.
Pero volviendo a los Oscar, ¿Por qué la Academia de Hollywood decidió hacer historia con esta película coreana? Más allá de las intenciones de cambio ya mencionadas, el sistema de votación fue fundamental para que finalmente “Parasite” se impongo por sobre “1917”. Dicho sistema implica que no siempre el filme que consiga más votos en el primer lugar de la lista, significa que se asegure el premio. Es que los votantes deben ordenar en el rubro principal a los nueve títulos candidatos en orden de prioridad de sus preferencias hacia abajo.
De esta manera el resultado no se da por mayoría directa de los votos, como sí ocurre en los otros 23 rubros y además nunca se da a conocer la cantidad de votos obtenidos por cada película, pero puede estimarse que el filme de Sam Mendes triunfo en los votos para el primer lugar, pero en la segunda posición “Parásitos”, obtuvo una suma superior que su competidora en la primera y esta situación preferencial hizo que logre imponerse como mejor película.
Otro dato a destacar es la gran presencia de films nominados y ganadores que pasaron por el Festival de Cannes y muchos de ellos obteniendo su Palma de Oro, como fue el caso del film de Bong en mayo del año pasado, en lo que constituye el primer triunfo del cine coreano en la muestra más influyente del mundo y ahora en los Oscar.
A esta altura ya parece ser Cannes la antesala del Oscar, dejando lejos de ese título a los Globos de oro, donde premiaron al filme bélico, como mejor drama, y “Había una vez… en Hollywood”, como mejor comedia o musical. “Parasite” se convirtió en la primera Palma de Oro en ganar también el Oscar a la mejor película desde 1956, cuando “Marty”, dirigida por Delbert Mann obtuvo ambas distinciones.
Se verá si en los próximos años la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood sigue haciendo historia con esta apertura globalizadora en su entrega de premios, como sucedió este año con una sorpresiva, inquietante, conmovedora, ingeniosa, contundente y universal historia coreana que evidentemente no pasó desapercibida para nadie.