La vuelta de los jugadores que pasaron por Newell’s es una constante en el Parque Independencia. El último que volvió fue Pablo Pérez, que en una entrevista en TyC Sports manifestó sus ganas a que regrese otro ídolo. “El deseo como hincha de Newell’s es que Nacho (Scocco) vuelva, pero es una situación muy personal, difícil para él. Mi deseo es que regrese, es un jugador de jerarquía, que conoce el club, ganó dos campeonatos y nos puede dar muchas cosas, ojalá pueda resolver sus temas en River, que salga bien y llegue a nuestra institución a ser feliz y disfrutar“, dijo.
Recordó que cuando salió campeón con la Lepra comenzó el proceso de aprendizaje: “En 2013 me costaba interpretar un poco el fútbol. Aunque ya sobre el final del campeonato a través del Tata (Gerardo Martino) comienzo a tener los conocimientos dentro del campo de juego. Ese es el momento donde el jugador se siente más cómodo, cuando sabe interpretar los momentos dentro de la cancha o lo que va a hacer el rival. Todo se te hace mucho más fácil“.
A su vez, reconoció que su mejor momento como futbolista fue en el club de la Ribera: “En Málaga potencio lo que me había enseñado Martino. Cuando regreso a la Argentina y llegó a Boca en 2015-2016 fue mi mejor momento, progresé mucho y además me sentía muy bien físicamente, me gustaba hacerme cargo del juego y la pelota, lo siento como el sumun en mi carrera“.
“Con Gerardo (Martino) he aprendido a jugar al fútbol, me dio muchas cosas, no solamente en lo deportivo, la experiencia que me trasladaba me hizo crecer enormemente. La carrera que me tocó vivir es un 80% de lo que me enseñó él“, contó emocionado al repasar la importancia del Tata en su vida futbolística.
Por otro lado, Pérez eligió una mitad de cancha con sus mejores compañeros: “Si tuviera que elegir un mediocampo con los jugadores que compartí y sin incluirme de volante central lo pondría a Fernando Gago para que maneje la pelota, no tendría tanta marca está mitad de cancha. De volante por derecha a Lucas Bernardi y por izquierda a Nahitan Nández, de enganche a Damián Manso, aunque apenas jugué seis meses con él, era un diferente, una zurda increíble“.
Además, el ex Boca e Independiente valoró la continuidad de Maxi Rodríguez a los casi 40 años y su relación con los juveniles: “Está hecho un pibe pero es un viejo de 40 años (risas), tiene alma de pibe y así se lo nota, lo que molesta en el chat del club de las ganas que tiene de volver a jugar. Los pibes me empujan a mí a seguir, me dan una energía que nos permite a todos correr, meter“.