Es una producción y creación nacional que compite en el Festival Annecy y en Tribeca con financiación de Facebook. Sus realizadores cuentan cómo fue hacerlo.
Una de las obras argentinas que forma parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy es “Paper Birds”, producida por 3DAR y dirigida por Federico Carlini y Germán Heller, que compite en la categoría Virtual Reality (Realidad Aumentada).
Es la tercera vez que el estudio argentino participa del importante evento que tiene lugar en la ciudad francesa todos los años, y que en esta oportunidad celebra sus 60 ediciones.
“Pájaros de papel” o “Paper Birds” “es la historia de un niño que a través de su conexión con la música puede acceder a otras dimensiones, a ver y a sentir otras experiencias. Descubre un mundo que no es visible, que es el de la creatividad, de la inspiración. Descubre todo tipo de elementos que pertenecen a la vida que no podemos ver”, dijo Heller, en diálogo con Télam desde Nueva York, donde se encuentra participando del Festival de Tribeca.
El estudio 3DAR ganó en 2013 el premio al Elegido por el Público con su corto “Shave it” (“Afeitalo”) y en 2019 el premio en la categoría Realidad Aumentada, con “Gloomy eyes” (“Ojos sombríos”).
¿Por qué el bandoneón?
Germán Heller: Porque es un instrumento que tiene un poder, una profundidad y un matiz que transmiten un clima emocional muy específico, de melancolía, de soledad, de intimidad con uno mismo. Tiene que ver mucho con el personaje, un niño que pasa mucho tiempo solo, se levanta a la cinco de mañana para practicar todos los días, tiene ese ritual, esa pasión, más que nada esa identidad de la música y de encontrarse en ese lugar. El niño está un poco al margen del resto del mundo y del resto de los niños.
¿Pensaron en esta introspección y la cuestión de bandoneón como elementos de la identidad argentina?
GH: Son cosas que me gustan en lo personal, que comparto con el codirector, Carlini. Tiene que ver con algo muy argentino, con esta intimidad que logramos rápidamente, esa empatía sobre todo, en comparación con otros países más fríos. Costumbres de mucha cercanía, como el mate. Son rituales vinculados al compartir. El bandoneón, particularmente, tiene que ver con la profundidad que tenemos en lo emocional, algo medio dramático del argentino. No es una búsqueda específica de mostrar el bandoneón al mundo.
¿Cuál es tu sensación al participar en Annecy?
GH: Conocemos el festival, fuimos varias veces. Es nuestra tercera participación. Estuvimos con el corto animado “Shave it”,en 2013, ganamos el Cristal de Annecy con “Gloomy eyes”, y esta es nuestra segunda producción original de Realidad Aumentada. Conocemos Annecy, nos conocen, tenemos buena relación.
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¿Qué te parece el estado actual de la animación en nuestro país?
GH: Argentina tiene mucho talento individual. Hay una facultad que está haciendo las cosas muy bien, de las que yo conozco, que es la Universidad Nacional de San Martín. Trabajamos mucho con egresados de allí porque emergen talentos que salen sabiendo laburar. Antes era todo autodidacta. A lo largo del tiempo en la empresa, que ya tiene 17 años, fuimos encontrando gente que nos representa. Así construimos un equipo. No es fácil en el contexto. Le encontramos la vuelta pese a que trabajar en la Argentina es un desafío extra y lo atamos con alambre. Y los “alambres” van mejorando de calidad a lo largo de los años, vamos a Estados Unidos, nos traemos unos “alambres” en las valijas, que son mejores. Ese es el panorama. Estoy orgulloso del trabajo que hacemos, de la pieza que estamos presentando y de tener un nivel de laburo internacional.
¿Cómo llegaron y en qué consiste la financiación de Facebook?
GH: Facebook nos encontró cuando nos fue muy bien con nuestra primera pieza de Realidad Aumentada. Viajé mucho con “Gloomy Eyes”, a Corea del Sur, China, Francia, al Festival de Venecia. Se estrenó en el Festival de Sundance, en Estados Unidos y nos dio mucha visibilidad. Ahora fuimos con la carpeta, con una idea no comercial, de un niño bandoneonista solitario. ¿A quién se lo podíamos vender? Y a Facebook le gustó.