El 22% de la electricidad de Uruguay se genera a partir del viento. Se calcula que, el año próximo, esta cifra aumentará a un 38%, ubicando al país en el podio mundial de las naciones con energía basada en el viento, según un informe publicado este mes por la revista REVE (Revista Eólica y del Vehículo Eléctrico)
En una década, Uruguay se convirtió en el país con mayor proporción de electricidad generada a partir de energía eólica en América Latina y uno de los principales en términos relativos a nivel mundial. Dinamarca, que es el líder actual, cubre un 42% de su consumo con estos molinos, según datos del Consejo Global de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés).
La energía eólica, además de respetar el medio ambiente tiene bajos costos de producción. Si bien requiere de una fuerte inversión inicial de capital, una vez en marcha la producción es independiente de la gestión humana. Además, los costos operativos son bajos. Si sopla el viento, se genera energía. No requiere personal dentro de los parques. Lo único que hace falta son generadores, cuyo costo de mantenimiento es bajo. En la actualidad, la producción de Uruguay es tan importante que está buscando colocar sus excedentes en el exterior para no desaprovechar. Así, lo que surgió como parte de una posible solución a una crisis energética terminó siendo la respuesta definitiva y hasta una posibilidad de generar divisas.
Cuando en 2005 se dieron por terminados los contratos de energía térmica que Uruguay tenía con Argentina, la República Oriental entró en un ciclo de crisis energética. El país siempre había dependido de su vecino para abastecerse. Seguía conservando sus centrales hidroeléctricas, pero eso no era suficiente.
A partir de ese momento, UTE, la empresa de energía de Uruguay, marcó la dirección energética del país. A través de licitaciones, arribaron a suelo uruguayo un monto total en potencia eólica de 1.500 megavatios. De esos 1.500, hoy están en funcionamiento unos 1.000 y, en los próximos 12 o 18 meses, se pondrán a funcionar los 500 restantes.